Un país sin Cristina

El País El martes
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Milei anda por Israel. Se fue Roma sin visitar la tumba del único argentino que está enterrado en una de las cuatro Basílicas Mayores del Mundo. Así como desprecia nuestra identidad, también desprecia a las personas  mas importantes que dio nuestra patria. Quizás la más importante.

La centralidad informativa y el apoyo que obtuvo ayer Cristina velaron, y probablemente velarán por un tiempo, la contundencia del golpe que supondría una confirmación final de su condena a seis años de prisión e inhabilitación política a perpetuidad.

La tesis oficial sin embargo debiera ser combatir a la expresidenta en elecciones porque ven que la pueden derrotar en la provincia de Buenos Aires. Si un fallo judicial la saca de la cancha, les impide ejecutar la acción política.

Las últimas elecciones muestran dramáticamente el proceso iniciado en 2023. Un informe de Aresco, sostiene que el 43% de los consultados tiene “pocas/nada de ganas” de ir a votar. Entre los simpatizantes/votantes del peronismo, el desgano electoral llega a 45% mientras que entre los adherentes a Milei y el PRO, baja a 32%. 

Un pronunciamiento de la Suprema Corte de Justicia, no sólo le impediría ser candidata a legisladora bonaerense, como había anunciado, sino que la sacaría de la cancha electoral de modo permanente. Esto marcaría un complejo proceso para el peronismo que ya no podrá eludir la necesidad de renovarse y más aun, la detonación final de un sistema político que inició su colapso en 2023.

Cuando se consumen los hechos, el futuro del peronismo podría verse como un vaso lleno o vacío por la mitad, la inevitable precipitación de un proceso de renovación.

La política nacional abandonó la gestión. Cualquier cosa que pase es responsabilidad de lo provincial o municipal. La Nación es todo y nada al mismo tiempo. El Estado se evapora y suelta amarras por todos lados.

Al exceso de presencia estatal le sigue la huida, el desfinanciamiento, la desregulación. En eso nada ha cambiado, el ciclo de refundaciones sigue su largo y frustrante paso. La baja de la inflación en los hechos cuesta verla. Que nos depara el futuro más allá de la una economía con dólar planchado e importaciones.

Mientras tanto el peronismo se transforma, a cada momento, es una aldea de intensos que parecen fuertes. Refugiándose en la tercera sección electoral eligen ya, sin metáforas, empequeñecerce. La figura de Cristina tiene como característica un movimiento contradictorio, como los imanes, según el polo, atrae o repele.

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Hay una convicción, la falta de dólares tiene muchas luces rojas encendidas. No se acumulan reservas, no hay exportaciones, no hay turismo extranjero, de hecho, hay un boom de turismo internacional, se interviene el dólar apenas sube y sólo en abril alrededor de 1 millón de personas compraron unos 2000 millones de dólares.

El dólar barato tiene a la economía en un frío polar que se refleja  en la morosidad en tarjetas de crédito, la suba de créditos personales, que tienen una tasa astronómica y los cheques rechazados muestras picos que no se veían desde hace cinco años.

Si Milei es el emperador romano, el peronismo es una aldea de intensos que parecen fuertes. Refugiándose en la tercera sección electoral eligen ya, sin metáforas, empequeñecer el otrora movimiento histórico.

No obstante, lo más desafiante del caso es que el cambio de época está pasando delante nuestro sin alternativa. La crisis es todavía una voz que no tiene como expresarse. De ahí el enojo, el ausentismo, el escepticismo y la frustración. Tiempo al tiempo. El tiempo es lo que se hace, e incluso lo que hace que todo se haga.

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