50 años después de que se despenalizara el aborto en Dinamarca, aún hay mujeres que tienen que salir del país escandinavo e ir a Suecia para interrumpir su embarazo. A lo largo de los años, los casos de mujeres que acuden desde Dinamarca a abortar en su hospital se continúan produciendo.
Estos casos son la consecuencia de que Dinamarca mantiene una ley del aborto más restrictiva que otros países de la Unión Europea y que no se ha modificado desde 1973.
La propuesta para actualizar la actual ley del aborto generó un intenso debate en un país que se ve a sí mismo como una sociedad que históricamente ha sido pionera en la aplicación de leyes que garantizan la igualdad de género. En 2007, el Gobierno danés ya intentó modificar la ley del aborto sin que la propuesta recibiera el apoyo ni del Consejo Ético del Parlamento ni de la mayoría de las formaciones políticas, y, por lo tanto, fracasara en la modificación.
Las mujeres danesas que se atienden en Suecia se les ha denegado el aborto en su país. La actual legislación de Dinamarca permite a las mujeres que tienen más de 18 años poder interrumpir el embarazo de forma gratuita hasta la semana 12 de gestación. Más tarde, la interrupción del embarazo tiene que ser aprobada por un Consejo de especialistas formado por tres miembros: un médico ginecólogo, un médico psiquiátrico y un trabajador social o un abogado. Según datos del Ministerio de Salud danés, en 2022 estos Consejos del aborto recibieron 863 solicitudes para interrumpir el embarazo tras la semana 12, de los cuales dieron la aprobación en 809 casos y se denegó el permiso en 54 casos.
La legislación danesa contrasta con la ley en Suecia, donde la mujer puede decidir abortar sola y el procedimiento está garantizado hasta la semana 18, lo que representa uno de los límites más tardíos entre los países europeos junto con Islandia y Países Bajos.
Hace tiempo que varias organizaciones no gubernamentales, además de ginecólogos y obstetras, presionan al Gobierno de Dinamarca para que modifique la ley del aborto vigente y se equipare a la del la vecina Suecia. En este sentido, a finales del mes de septiembre, el Consejo Ético del Parlamento creado para debatir la ley, recomendó aumentar de la semana 12 a la semana 18 el límite para abortar en Dinamarca.
Además, en el comunicado del Consejo Ético también se alude que modificar las semanas permitidas para abortar aumentaría la igualdad de acceso a la atención sanitaria.
A pesar de las recomendaciones del Consejo Ético, el Parlamento danés se encuentra dividido por la cuestión. Los principales detractores de la reforma se encuentran en el bloque de derechas del Folketing, liderados por el Partido Conservador, que defienden que “en la semana 18 los niños han desarrollado el oído y empiezan a reconocer sonidos y melodías fuera del útero”, razón por la que su portavoz dijo que no les “gusta que haya un aborto gratuito hasta tan tarde”.
En Noruega, la legislación también puede sufrir cambios. Hasta ahora, el límite era hasta la semana 12, pero el Consejo Ético del parlamento noruego ha recomendado esta semana ampliarlo hasta la semana 18. En Finlandia entró en vigor una ley que actualiza una de las legislaciones más estrictas en la UE, en la que la mujer podía abortar con el límite de la semana 12, justificando la razón y presentado dos informes médicos separados que lo avalaran, ahora tiene derecho a hacerlo en el mismo plazo sin dar explicaciones.
Por otro lado, Islandia decidió en 2019 aumentar el límite de aborto gratuito desde la semana 16 a la semana 22, una de las legislaciones más liberales en el mundo que, sin embargo, no ha hecho aumentar el número de casos de interrupcion