

Mucho se habló del índice de salarios correspondiente a mayo 2024, publicado por el Indec. En su informe, el organismo reveló que los ingresos de los trabajadores crecieron 8,3% contra una inflación en el mes de 4,2%, por ende, en mayo mejoraron su poder adquisitivo respecto a abril.
El derrumbe de los ingresos es un dato innegable para cualquiera que vive en Argentina. Sin embargo, desde el Gobierno eligieron tergiversar la interpretación de los datos para contribuir a un relato de que los ingresos crecen bajo su gestión.
Si se compara con el nivel de noviembre de 2023, último mes de la gestión anterior, los salarios se ubican 13,1% por debajo en términos reales: un derrumbe que no tiene precedentes en la historia reciente de nuestro país. Ademaste 16,1% por debajo de mayo del año anterior.
Como puede apreciarse en el gráfico a continuación, elaborado por el Centro de Economía Política Argentina, el gran derrumbe se produjo en el mes de diciembre de 2023.
La estrategia consiste en desentenderse, y no asumir como propio el desplome que implicó para los ingresos el 25,5% de inflación del mes de diciembre. Ello implica desconocer que en gran parte, el fogonazo inflacionario se produjo por la devaluación, que aumentó el tipo de cambio en 118%, decidida por Milei y ejecutada por Luis Caputo.
Además, el dato no es representativo del conjunto. Si desagregamos el dato salarial, encontramos diferencias muy profundas en los distintos segmentos: mientras que los salarios no registrados cayeron desde noviembre a mayo 22,7% en poder adquisitivo, los salarios públicos perdieron 18,4% de capacidad de compra y los privados registrados se redujeron 6,5%.
Teniendo en cuenta esta enorme fragmentación, incluso si dejamos de lado el efecto de la inflación de diciembre, sólo los trabajadores registrados privados mejoraron su posición con respecto a diciembre. Tanto los no registrados como los trabajadores públicos continuaron perdiendo poder adquisitivo.
En el caso de los salarios de los trabajadores no registrados, tiene un estrecho vínculo con el Salario Mínimo Vital y Móvil (SMVM). El mismo solía acordarse, en el marco del Consejo del Salario, entre representantes de trabajadores y representantes empresarios. Sin embargo, desde la asunción de Milei, el virtual retiro del Estado de esta mesa, obstaculizó la posibilidad de acuerdo, y terminó siendo el Poder Ejecutivo Nacional el que estableció vía Decretos el monto mensual del SMVM.
Luego de dejar pasar junio sin ningún tipo de actualización, el viernes se publicó en el Boletín Oficial un aumento para julio de 8,5% y otro para agosto de 3,2%. Estos guarismos no están ni cerca de lo que pedían los representantes de los trabajadores: un 106% para el mes actual que les permita aumentar de los $234.315 correspondientes a junio a $482.000 para julio.
El pedido de las centrales sindicales buscaba recuperar el terreno perdido: en el primer semestre de 2024, el SMVM sólo creció 50% contra una inflación de 80%. Sin embargo, la posición del Poder Ejecutivo se ubicó más cercana a la solicitada por las cámaras empresarias. Para julio el SMVM se fijó en $254.232: el 62% de una canasta básica alimentaria de una familia.
El otro conjunto de salarios sobre los que el Gobierno ejerce un rol importante son los salarios del sector público. Esto llevó, por ejemplo, a una brutal pérdida de poder adquisitivo en los salarios universitarios, que desencadenó en una declaración de crisis del Consejo Interuniversitario Nacional bajo el lema “Sin salarios dignos no hay universidad”, y la declaración de emergencia en materia salarial en la Universidad de Buenos Aires y en la Universidad Nacional de Córdoba.
Los salarios más afectados en este marco resultan los de la escala más baja: desde diciembre la Secretaría de Educación, no actualiza la garantía salarial, generando una pérdida en los salarios más bajos aún mayor que en los más elevados.
En este marco crítico, el Gobierno pretende instalar un discurso de mejora. Sin embargo, tanto los datos como la vivencia individual, se encuentran muy alejados de un nuevo relato.