

Hoy se conmemora el Día Internacional de los Cuidados y el Apoyo para reconocer el valor social y económico de las tareas domésticas.
Según datos de INDEC, cada vez más varones hacen labores domésticas y de cuidado. Pero, también en cifras oficiales, las mujeres siguen dedicando el doble de tiempo al cuidado: 6.31 horas por día versus 3.40 de los hombres.
Hace algunas semanas, la Corte Interamericana de Derechos Humanos reconoció, por primera vez, el derecho al cuidado como un derecho humano autónomo, estableciendo que los Estados tienen la obligación de garantizarlo a través de políticas públicas.
El trabajo de cuidados es esencial para el bienestar social y el trabajo decente. El envejecimiento de la población, los nuevos modelos de familia y la desigualdad de género,hacen urgente reorganizar cómo se presta y valora este trabajo. Si no se actúa, el déficit de servicios de cuidado podría desencadenar una crisis global y profundizar las brechas de género.
El cuidado abarca tareas directas, como atender a un niño o a una persona enferma, e indirectas, como cocinar o limpiar. Aunque gran parte de este trabajo es no remunerado, constituye una pieza clave del sistema económico. El trabajo incluye enfermeras, médicos, personal doméstico y otros trabajadores esenciales que sostienen la vida cotidiana.

La economía del cuidado crece rápidamente y generará millones de empleos en los próximos años. La Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el 29 de octubre como el Día Internacional del Cuidado y el Apoyo, reconociendo la importancia crear sistemas sólidos, inclusivos y respetuosos de los derechos humanos que respondan a las necesidades de todas las personas, sin importar su género, edad o discapacidad.
El objetivo es valorar, reducir y redistribuir el trabajo de cuidado no remunerado, que recae en gran parte sobre las mujeres, y reconocer el trabajo de cuidado remunerado como esencial para el bienestar de la sociedad.
La ONU también subraya la necesidad de eliminar los estereotipos de género y otras formas de discriminación (por raza, edad o condición migratoria), mejorar las condiciones laborales de quienes cuidan, y crear empleos dignos y bien remunerados en este sector.
La fuerza de trabajo mundial dedicada a la prestación de cuidados está integrada por 249 millones de mujeres y 132 millones de hombres. De aquí a 2030, se prevé que el número de receptores de cuidados ascenderá a 2.300 millones, lo que estará impulsado por 100 millones más de personas mayores y 100 millones más de niñas y niños de edades comprendidas entre los 6 y los 14 años.
Las mujeres realizan el 76,2 por ciento de todo el trabajo de cuidados no remunerado, 3,2 veces más tiempo que los hombres.







