

Con la ayuda de la inteligencia artificial, creadores transforman las historias bíblicas en contenido audiovisual. Los pasajes se desarrollan a través de voces robóticas.
Otros canales apuestan por escenas más locas: Jesús, con los bíceps marcados, comiendo pollo frito de una cadena global que promete felicidad o María transmitiendo el nacimiento de su hijo, como influencer. El fenómeno no es menor. Tienen millones de visualizaciones.
Nir Eisikovits, profesor de Filosofía en la Universidad de Massachusetts dice que los valores de producción son altos, pero que la estética es ridícula. “Es como Hollywood mezclado con videojuegos”. De acuerdo con el director y fundador del Centro de Ética Aplicada de la UMass, un instituto que estudia la ética y la política de la inteligencia artificial, estos vídeos son “un malentendido sobre cómo funciona la religión”.
El fenómeno se enmarca en lo que se conoce como AI slop, un tipo de contenido digital generado automáticamente que se caracteriza por su poca relevancia o por ser ridículo y falso.
Algunos especialistas ven en esta tendencia una oportunidad. Juan Antonio Estrada, teólogo y profesor emérito en la Universidad de Granada, cree que los vídeos pueden acercar la Biblia a las personas y que incluso podrían incorporarse en las aulas como herramientas pedagógicas, porque se trata de un libro fundamental para comprender la cultura y la historia de Europa y de Occidente.
Pero advierte que transformarla en animación instantánea conlleva riesgos. “Se pueden transmitir medias verdades”, dice, “seleccionar lo conveniente y callar lo demás. Eso, en la religión, es peligroso”.
La adaptación digital tiene un doble componente, por un lado, la oferta de contenidos generados automáticamente; por otro, la demanda de los usuarios, quienes buscan un sentido espiritual en espacios digitales ante la pérdida de referentes tradicionales en la sociedad.
Históricamente, el cristianismo ha utilizado la tecnología disponible para difundir su mensaje, desde la escultura y la pintura hasta la imprenta y la televisión con predicadores. Hoy el medio para llegar rápido son las redes sociales.
La creación de contenidos religiosos generados por IA se extiende más allá de la fe. En España y en Latinoamérica, youtubers enseñan a crear relatos bíblicos en serie como una fórmula para obtener ganancias.
La exposición a contenidos fragmentados y mezclados con entretenimiento genera un efecto de “aplastamiento” del mensaje, afirma Eisikovits. El experto sostiene que la experiencia de ver combinaciones poco creíbles, de personajes bíblicos y dibujos animados, crea un impacto visual llamativo, pero poco significativo, que prioriza la atención inmediata sobre la comprensión profunda.
Sin un marco ético en las tecnologías emergentes, los contenidos generados por inteligencia artificial pueden deformar la cultura y propagar interpretaciones sesgadas como si fueran legítimas.