

Un informe alerta sobre un marcado aumento en las restricciones educativas, laborales y sociales que sufren mujeres y niñas bajo el régimen talibán, junto con informes crecientes de ejecuciones públicas, torturas y detenciones arbitrarias de exfuncionarios y activistas.
Ocho de cada diez jóvenes afganas están excluidas de la educación, el empleo o cualquier formación. El 24% de las mujeres forman parte de la población activa, en comparación con el 89% de los hombres. Las restricciones que han despojado a mujeres y niñas de sus garantías fundamentales se mantienen y agudizan a cuatro años del regreso de los talibanes al poder.
En tanto, más de dos millones de afganos vuelven a su país en lo que va del año, agravando la crisis humanitaria que afecta a la mayoría de la población.
Cuatro años después de que el Talibán retomara el poder en Afganistán, las afganas sufren la crisis de derechos de las mujeres más grave del mundo, alertó ONUMujeres. Afganistán está más cerca que nunca de consolidar una visión de sociedad que borra por completo a las mujeres de la vida pública, añadió la entidad de la ONU.
Las niñas tienen prohibido asistir a la escuela a partir de los trece años, las mujeres están vetadas de la mayoría de los trabajos y de la vida política, y en muchas regiones no pueden salir a la calle sin la compañía de un hombre. La mayoría, incluso, ha perdido la capacidad de tomar decisiones dentro de sus propios hogares.
Además, las prohibiciones para que las mujeres estudien medicina y la restricción de recibir atención médica de doctores varones, sumadas a recortes de ayuda internacional, han provocado una crisis sanitaria para las mujeres.
Como resultado, la mortalidad materna está aumentando, los matrimonios infantiles se disparan y la violencia contra las mujeres crece sin control.
El país ocupa el segundo lugar en el mundo con la brecha de género más amplia y las crisis humanitarias superpuestas y una pobreza generalizada afectan desproporcionadamente a mujeres y niñas, apuntó ONUMujeres.
Por su parte, el Fondo de la ONU para la Infancia advirtió de la situación crítica en las fronteras afganas, con más de dos millones de retornados -incluidos 500.000 niños-, en la que va del año. Los afganos regresan a su país desde Afganistán, Irán, Pakistán y otras naciones de Asia Central. Solo el 4 de julio cruzaron los puntos fronterizos 50.000 personas.
La agencia expresó preocupación por el bienestar de las familias que regresan, muchas veces de manera abrupta y en condiciones precarias. Las comunidades que los reciben ya están debilitadas por décadas de conflicto, una economía frágil y una sequía persistente. Se estima que más de la mitad de la población afgana necesita ayuda humanitaria urgente.
ONU Mujeres instó a la comunidad internacional a no guardar silencio ni mirar hacia otro lado. “El mundo debe actuar ahora, no solo para atender necesidades urgentes, sino para apoyar a las mujeres afganas a construir el futuro de una generación con igualdad de derechos para todas”, apuntó el organismo, y llamó a escuchar y difundir la situación de las mujeres en Afganistán, y a financiar las operaciones diseñadas para asistirlas.