

La ciudad que dio al mundo a Donald Trump parece dispuesta a elegir a un socialista demócrata y recién llegado a la política, Zohran Mamdani. Sería el primer musulmán y milenial en dirigir la ciudad. Ciudadanos de Nueva York, Nueva Jersey, Virginia y California, van a las urnas este martes, en la primera serie de elecciones que se celebran en Estados Unidos desde que asumió el presidente Donald Trump su segundo mandato.
Mamdani, de 34 años, quien durante la campaña ha hablado de su fe, sus raíces indio-ugandesas y su activismo propalestino, es claro favorito. Tiene ventaja en las encuestas sobre Andrew Cuomo, el exgobernador de Nueva York que se postuló como independiente después de que Mamdani lo derrotara ampliamente en las primarias demócratas, y sobre Curtis Sliwa, el candidato republicano.
Mamdani ha hecho de la asequibilidad un tema central de su campaña: quiere que los ómnibus urbanos sean gratuitos y promulgar la atención infantil universal. Los críticos señalan su escasa experiencia en el gobierno.
Parte del análisis se centra en su estética comunicacional. Pero en su modo de hacer política, su agenda es cualquier cosa menos tibia: vivienda con congelamiento de alquileres, transporte público gratuito; atención infantil garantizada; creación de supermercados públicos de propiedad del estado,con comida a bajo costo; atención garantizada a personas trans y derechos LGBTQ; seguridad comunitaria con enfoque preventivo.
Con fuerte apoyo de las comunidades migrantes en una ciudad mucho más diversa que el resto de EEUU. El crecimiento digital es exponencial, pero no de las más de 650.000 viviendas visitadas y 250.000 llamadas hechas por más miles de voluntarios. Trump se ha referido a él como “mi pequeño comunista” y amenazo con retirar el financiamiento federal a la ciudad. 157.678 son las puertas a las que llamaron solo el domingo los voluntarios de la campaña.
La movilización, de 100.000 voluntarios articulados por los 16.000 militantes del DSA, Socialistas Democráticos de América, del candidato demócrata, explica su éxito en las primarias, pero también la posible articulación de una alternativa al trumpismo desde el ámbito progresista de Estados Unidos: un socialista en la cuna de Trump, en la ciudad que representa el capitalismo estadounidense por excelencia.
Las viejas estructuras del Partido Demócrata, vinculadas a los grandes donantes, se vieron desbordadas por un candidato que es un cuadro del DSA, tiene 34 años, es musulmán y domina el lenguaje de las nuevas generaciones pero también la militancia clásica de las organizaciones de izquierda.
Es decir, es joven, tiene cultura política y, además, encarna la diversidad de Nueva York , nació en Uganda y su madre es de origen indio, desde las clases populares, no desde las élites adineradas liberales.
Una de las claves que llevaron a Donald Trump a ganar las elecciones hace un año es que supo conectar con las clases trabajadoras estadounidenses, preocupadas por su incapacidad para llegar a fin de mes y la dificultad para pagar el alquiler o comprar una casa.
En su video de lanzamiento dirigido a la comunidad latina, Mamdani habla en español y subraya un dato demoledor: más de la mitad de las familias latinas en Nueva York no pueden pagar el alquiler y la misma proporción está pensando en dejar la ciudad. Con esa afirmación golpea a dos blancos concretos. Tanto Adams como Cuomo financian sus campañas con aportes de grandes conglomerados inmobiliarios.
EE.UU. es un país en el que hay personas que necesitan tener más de un trabajo, en el que Uber es una salida para el pluriempleo y en que cuando falta el salario de una quincena hay que hacer cola para recibir alimentos en un banco de alimentos porque no hay colchón económico para pagar las facturas.
En ese contexto, Trump supo ganarse el voto de blancos empobrecidos e hispanos con aspiraciones de escalar socialmente. Y, enfrente, los demócratas fueron incapaces de vender las grandes cifras macroeconómicas como algo beneficioso para la ciudadanía.
Mamdani construyó su eje de campaña en hacer más accesible la ciudad de Nueva York para sus habitantes.
Y, por primera vez, una gran campaña en EE.UU. tuvo narrativa de izquierda en el sentido de vincular las vulnerabilidades de las clases trabajadoras con la necesidad de aumentar los impuestos a los ricos. “Tax the rich”, le gritaban a la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, referente del establishment del Partido Demócrata, hace una semana en un acto en Queens con Mamdani, Bernie Sanders y Alexandria Ocasio-Cortez.







