

La victoria de Nueva York, frente al candidato identificado con el establishment demócrata y apoyado por Trump y Musk, Andrew Cuomo, y el republicano no MAGA, Curtis Sliwa, puede tener un impacto sobre el modo de hacer frente a la agenda de la Casa Blanca.
Zohran Mamdani, el candidato demócrata a alcalde de Nueva York logró encarnar en un tiempo récord tanto la esperanza de un cambio en los Estados Unidos de Donald Trump, como la impugnación del poder establecido de su partido e hizo historia este martes.
“Soy musulmán. Soy socialista democrático. Y me niego a pedir disculpas por ello”, dijo en su discurso, en el que desafió al presidente de Estados Unidos. “Sé que me está viendo. Solo tengo tres palabras para usted: ¡suba el volumen!”. “Nueva York seguirá siendo una ciudad de inmigrantes, construida por inmigrantes e impulsada por inmigrantes. Y, a partir de esta noche, liderada por un inmigrante”.
A sus 34 años, se convierte en el primer socialista que regirá los destinos de la capital mundial del capitalismo y en el primer alcalde musulmán de la ciudad que sufrió los ataques terroristas del 11-S.
Nacido en Kampala, Uganda) en 1991 e hijo de intelectuales, la cineasta india Mira Nair y el académico de Columbia Mahmoud Mamdani, el nuevo alcalde de Nueva York encarna también la consagración de la alternativa, más a la izquierda que el Partido Demócrata, de los Socialistas Democráticos de Estados Unidos (DSA son sus siglas en inglés). Se trata de una formación surgida contra la desigualdad y de la decepción por la derrota de Hillary Clinton frente a Donald Trump en 2016.
Pero Mamdani, sobre todo, hace historia con el triunfo en la ciudad de Nueva York, la más importante de EEUU y uno de los iconos del capitalismo, porque ahora, a diferencia de hace tres décadas, el DSA es un actor político relevante en el ecosistema del Partido Demócrata: gana primarias e imprime un impulso de programa y narrativa de izquierda.
Mamdani, es el socialismo democrático abanderado por el senador por Vermont Bernie Sanders, que convirtió en un hecho político relevante la entrada a la Cámara de Representantes de figuras como Alexandria Ocasio-Cortez, ha demostrado en esta campaña que es capaz de articular un movimiento político y social con organización.
“Nueva York esta noche nos han dado un mandato para el cambio”, dijo Mamdani: “Un mandato para una nueva política, un mandato para una ciudad asequible y un mandato para un gobierno que cumpla con creces esa promesa. Gracias a la próxima generación de neoyorquinos que se niegan a aceptar que la promesa de un futuro mejor fuera una reliquia del pasado”.

Todo en un contexto de agresividad diaria de Donald Trump, insultando al candidato, agitando miedos, islamofobia y asociando al candidato con la delincuencia.
“Los multimillonarios han intentado convencer a quienes ganan 30 dólares la hora de que sus enemigos son quienes ganan 20. Quieren que nos peleemos entre nosotros para distraernos de la tarea de reformar un sistema que lleva mucho tiempo roto. Nos negamos a que sigan dictando las reglas del juego. Juntos daremos paso a una generación de cambio. Y si abrazamos este valiente nuevo rumbo, en lugar de huir de él, podemos responder a la oligarquía y al autoritarismo con la fuerza que temen, no con la complacencia que ansían. Después de todo, si alguien puede mostrarle a una nación traicionada por Donald Trump cómo derrotarlo, es la ciudad que lo vio nacer. Y si hay alguna manera de aterrorizar a un déspota, es desmantelando las mismas condiciones que le permitieron acumular poder. Así no solo detendremos a Trump, sino también al próximo”.
A partir de ahora, el Partido Demócrata tendrá que decidir que rumbo toma de aquí a las elecciones legislativas de enero de 2026, donde se disputarán los 435 escaños de la Cámara de Representantes y 35 de los 100 del Senado. Pero no sólo será una decisión que dependa de sus dirigentes, también será una decisión que estará en manos de su base política, porque la familia más progresista de ese entorno político y el DSA en concreto salen reforzados de estas elecciones y querrán replicar el modelo donde puedan disputar distritos con candidatos propios o negociando programas políticos a cambio de su apoyo.
Para un partido sumido en una crisis existencial desde la derrota de Kamala, el ascenso contra todo pronóstico de Mamdani supone un sacudon que obliga desde su liderazgo a un debate sobre el futuro, en el que también tienen que contar las enseñanzas de las otras contundentes victorias demócratas de este la noche en las elecciones a gobernador de Virginia y Nueva Jersey, Estados en los que arrasaron dos candidatas moderadas, Abigail Spanberger y Mikie Sherrill







