

La agencia espacial advierte sobre el crecimiento de la Anomalía Magnética del Atlántico Sur que podría llevar a interrupciones en la conectividad global y afectar el funcionamiento de infraestructuras estratégicas en el país.
La Anomalía Magnética del Atlántico Sur (AMAS) que ha sido detectada por la NASA ha vuelto a generar incertidumbre. Los especialistas alertaron por una posible expansión del fenómeno y, aseguraron que se ha intensificado y se ha desplazado unos 20 kilómetros hacia el oeste. Las implicancias de su avance podría desencadenar en interrupciones en la conectividad global y afectar el funcionamiento de infraestructuras estratégicas en Argentina.
Actualmente, la AMAS daña directamente a Sudamérica,especialmente Brasil, Argentina, Bolivia y Paraguay, donde la menor intensidad del campo magnético expone los satélites y sistemas de navegación a altos niveles de radiación cósmica.
Estudios recientes muestran una posible bifurcación: dos zonas diferenciadas de debilitamiento dentro de la misma región, lo que podría expandir aún más la zona afectada o generar nuevas asimetrías con efectos aún desconocidos para la comunidad científica.
Los Centros Nacionales de Información Ambiental (NCEI) y el Servicio Geológico Británico (BGS) llevan a cabo su monitoreo junto a la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio. Sin embargo, no existe un método para revertir o contener la AMAS.
La única herramienta disponible es la observación científica y la adaptación tecnológica.
Aunque la Anomalía Magnética en Argentina no implica riesgos directos para las personas, su persistencia y crecimiento, sí representan un desafío para la ciencia y la tecnología. Debido a ello, desde la NCEI y BGS señalaron que “el monitoreo constante es clave para anticiparse a posibles consecuencias”. En tanto que, la NASA continúa mejorando sus modelos y protocolos destinados a proteger a los satélites que cruzan el área de influencia y especialmente a aquellos que prestan servicios esenciales de comunicación y posicionamiento.
El debilitamiento del campo magnético puede provocar fallas en satélites que sobrevuelan la zona, interferencias en las ondas de radio e imprecisiones en los sistemas de navegación.
Su fragilidad, permite que los cinturones de radiación de Van Allen desciendan a alturas más bajas, lo que deja satélites y naves expuestas a partículas solares cargadas y altamente energéticas. La NASA lo describe como una “abolladura” o “bache en el espacio”.
El planeta Tierra está protegido por una "geodinamo": una especie de escudo magnético que desvía más de 1,5 millones de toneladas de material solar por segundo. Dicha barrera, vital para preservar la vida y proteger nuestras comunicaciones, se está debilitando en el área del At. Sur, precisamente donde se encuentra la Anomalía Magnética en Argentina.
Es un potente campo magnético, generado por el movimiento de metales líquidos en su núcleo externo. Este campo actúa como un escudo frente a la radiación solar y el viento solar.