

Estados Unidos bombardeó tres instalaciones nucleares en Irán, después de una semana de ataques entre Irán e Israel. La decisión del presidente de Estados Unidos, que se comprometió a no meter a su país en otra guerra, agita Oriente Próximo y desliza al mundo hacia un escenario de guerra global.
Donald Trump posteó que los objetivos alcanzados incluyen las plantas de Fordow, Natanz e Isfahan. Lo decidió sin autorización del Congreso y hay protestas por ello, además de que plantea un cambio de régimen. El parlamento de Irán propuso el cierre del estrecho de Ormuz, clave para el comercio internacional, sobre todo para la circulación de petróleo, que ya hoy está cotizando más caro.
Trump aseguró que las plantas fueron “completamente y totalmente destruidas”, con el avión B-2 Spirit, capaz de volar 30 horas sin ser detectado, todo en la operación militar denominada “Martillo de Medianoche”. El ministro de Exteriores iraní, Abbas Araghchi, dijo que los ataques “tendrán consecuencias duraderas” y que Irán “se reserva todas las opciones” para responder.
La Agencia de Energía Atómica de Irán avisó que el país “nunca detendrá su programa nuclear”.
La Junta de Gobernadores, el máximo estamento del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), se reúne hoy a pedido de Rusia. Irán amenazó al director del organismo, el argentino Rafael Grossi, por haber dejado trascender el avance del plan nuclear de ese país.
Al igual que lo que se buscaba en Irak no eran las armas de destrucción masiva inexistentes, sino acabar con el régimen y debilitar el país, aquí se quiere algo similar.
Para disolver el régimen iraní, Israel necesita el respaldo de EE.UU porque considera necesarias las fuerzas aéreas e incluso aspira a contar con respaldo militar terrestre.
Irán alberga importantes reservas de gas que comparte con Qatar en el mayor yacimiento del mundo, el South Pars-North Dome. Además, forma parte de importantes rutas de transporte de minerales críticos desde Asia -incluida China- hacia Occidente y controla con Omán el estrecho de Ormuz, paso clave para el transporte marítimo mundial de petróleo y gas natural.
El bloqueo del mismo por Irán, como medida de presión, elevaría los precios del crudo y el gas.