

El presidente de EEUU firma un decreto para proteger a EEUU de terroristas, que restringe la entrada a los ciudadanos de Afganistán, Birmania, Chad, República del Congo, Guinea Ecuatorial, Eritrea, Haití, Irán, Libia, Somalia, Sudán y Yemen, al tiempo que limita a los procedentes de Venezuela, Cuba, Laos, Sierra Leona, Togo, Turkmenistán y Burundi.
Diez de los países sujetos a prohibiciones y restricciones se encuentran en África, y nueve de ellos, en países que tienen mayoría de población negra. Varios, no son conocidos por albergar grupos armados que supongan una amenaza.
La primera prohibición de viajar impuesta por el presidente en su primer mandato se promulgó en 2017 y prohibía la entrada a Estados Unidos a los ciudadanos de siete países de mayoría musulmana.
La ofensiva de Trump es hasta hoy, contra jueces, migrantes, universidades, en definitiva contra la libertad y amenaza el Estado de Derecho en EEUU.
El,presidente difundió un video en el que vincula esta decisión al ataque del pasado domingo en Boulder, Colorado, donde un migrante egipcio lanzó molotov contra un grupo de manifestantes que pedían la liberación de los rehenes en manos de Hamás.
“El reciente atentado terrorista en Boulder, Colorado, puso de manifiesto los enormes peligros que representa para nuestro país la entrada de extranjeros que no han sido debidamente verificados, así como de quienes llegan como visitantes temporales y se quedan una vez expirado su visado”, afirma.
Trump sostiene que no va a “permitir que lo que ocurrió en Europa suceda en Estados Unidos”, sin explicar a qué se refiere exactamente, teniendo en cuenta que el mayor atentado terrorista de la historia, el 11-S, ocurrió en EEUU y bajo un presidente republicano: “Por eso, en mi primer día de regreso en el cargo, ordené al secretario de Estado que realizara una revisión de seguridad de las regiones de alto riesgo y que hiciera recomendaciones sobre dónde deben imponerse restricciones”.
“Entre las amenazas a la seguridad nacional que se tuvieron en cuenta”, asegura, “figuran la presencia masiva de grupos terroristas, la falta de cooperación en materia de seguridad de visados, la incapacidad para verificar la identidad de los viajeros, la ausencia de registros fiables sobre antecedentes delictivos y las tasas persistentemente altas de personas que se quedan de forma ilegal tras expirar su visado, entre otras cuestiones”.
Y concluye: “No podemos permitir una migración abierta desde países donde no sea posible verificar de forma segura y fiable a quienes quieren entrar en Estados Unidos”.
La norma incluye algunas excepciones. Tras la confusión del primer mandato, ahora queda claro que los ciudadanos de esos países que sean residentes permanentes legales en Estados Unidos,los que cuentan con la llamada green card sí podrán entrar. También podrán hacerlo los que tengan doble nacionalidad si usan el pasaporte del país no vetado. Por ejemplo, un venezolano que también tenga la nacionalidad española podrá entrar con su pasaporte español, con visado o sin él, dependiendo de las circunstancias (no se requiere para turismo, pero sí para estudiantes)
También podrán ingresar en el país los deportistas y atletas que vengan a participar en el Mundial de fútbol de 2026, en los Juegos Olímpicos de 2028 o en otras competiciones de alto nivel. La más inminente es el Mundial de Clubes.
Otras excepciones permiten solicitar visados a familiares de ciudadanos estadounidenses, a colaboradores de Estados Unidos en Afganistán o a perseguidos por motivos de religión en Irán. Los refugiados a los que se haya reconocido asilo no perderán la validez de sus visados.