Qué sucede si hay fumata blanca

Sociedad Hace 3 horas
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Este jueves los cardenales electores tienen programadas cuatro votaciones, dos ya fueron sin acuerdo, restan otras dos para saber si tras una de ellas, la chimenea sobre la Capilla Sixtina despide humo blanco, lo cual es altamente probable.

Eso sería indicativo de que un cardenal obtuvo dos tercios de los votos y se convierte en pontífice, aunque para oficializarlo tiene que aceptar el cargo y decir con qué nombre quiere ser llamado. Solo entonces se anuncia al mundo la elección de un nuevo papa y se abre un pequeño lapso hasta que se asoma al balcón central de la plaza de San Pedro.

Desde la entrada en la Capilla Sixtina hasta el anuncio desde la Logia de la Bendición, durante siglos ha sido la lengua latina la que ha marcado los momentos decisivos en la elección. Se trata de términos tradicionalmente nacidos y utilizados en esa lengua, conservados a lo largo de los siglos para regular y definir con precisión estos pasajes cruciales de la vida de la Iglesia.

El Extra omnes, o fuera todos, que el 7 de mayo fue dicho por el Maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, el arzobispo Diego Ravelli, al final del juramento del último de los cardenales electores, es una invitación a los extraños al Cónclave para que abandonen la Capilla Sixtina, ya que la elección papal es secreta.

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Si uno de los electores ha obtenido al menos dos tercios, la elección del Papa es canónicamente válida. El Cardenal Decano, o el primero de los Cardenales por orden y antigüedad, pide el consentimiento de la persona elegida de nuevo con una fórmula latina ¿Acceptasne electionem de te canonice factam in Summum Pontificem? ¿Aceptas la elección como Sumo Pontífice? y a una respuesta afirmativa, añade: ¿Quo nomine vis vocari? ¿Cómo quieres ser llamado?, pregunta a la que el elegido responde con el nombre pontificio.

Desde la Capilla Sixtina el elegido es invitado a ir a una habitación cercana, la Sala de las Lágrimas, donde desde hace días está preparada la vestimenta que puede empezar a usar. 

Cada papa elige cómo comparece ante los fieles en San Pedro y en el caso de los dos últimos pontífices, el cardenal alemán Joseph Ratzinger salió al balcón con la esclavina y la estola mientras el argentino Jorge Bergoglio optó por aparecer sin esas piezas y se presentó al mundo solo de blanco, con la cruz en el pecho.

El texto latino del llamado Habemus papam se inspira en parte en el capítulo 2 del Evangelio de Lucas, que relata las palabras del Ángel que anuncia a los pastores el nacimiento del Mesías.

La fórmula completa incluye las palabras latinas: Annuntio vobis gaudium magnum: ¡habemus Papam! Eminentissimum ac Reverendissimum Dominum, Dominum, aquí va el nombre de del elegido en acusativo, Sanctae Romanae Ecclesiae Cardinalem (aquí va el apellido del elegido no traducido al latín), qui sibi nomen imposuit, aquí va el nombre pontificio, que se puede traducir al: "anuncio una gran alegría: ¡tenemos Papa! Es el eminentísimo y reverendísimo señor, señor ... , cardenal de la Santa Romana Iglesia... quien ha elegido el nombre ...'.

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