

El presidente obtiene el 56% de los votos, a casi 12 puntos de ventaja de la candidata del correísmo.
Con el 95% escrutado, Noboa sumó el 55,7% de los votos contra el 44,3% de González, que se negó a reconocer los resultados y denunció “el más grotesco fraude electoral”. “Vamos a pedir el reconteo y que se abran las urnas. Hemos presenciado cómo el abuso del poder nunca pidió licencia, usó al Consejo Nacional Electoral para hacer lo que le daba la gana y atropellar la democracia”, dijo sobre una tarima frente a sus seguidores.
Durante la campaña, Noboa anticipó que si ganaba, mpulsaría una Asamblea Constituyente para dejar atrás la actual Constitución, aprobada en 2008 bajo el mandato presidencial de Correa, con el objetivo de profundizar su lucha contra el crimen organizado y sus reformas para liberalizar la economía.
Es probable que las consultoras hayan subestimado el miedo que generaba en una mayoría de ecuatorianos un regreso del correísmo al poder. En Ecuador, hay medio millón de venezolanos que se encargan cada día de recordar a los anfitriones lo mal que funciona aquello. González tuvo además dificultades para atraer el voto indígena, que en febrero representó el 5% del total y era la esperanza del correísmo para tomar distancia de Noboa.
El presidente sacó provecho de ellos. Logró elevar la participación hasta casi el 84%, tres puntos más que en la primera vuelta. El presidente apeló a la movilización de los mayores de 65 años, 1,7 millones de personas que no estaban obligadas a votar, pero que esperaba que castigaran el pasado correísta.
Los comicios volvieron a desarrollarse bajo fuertes medidas de seguridad, con un despliegue de cerca de 100.000 miembros de las fuerzas de seguridad, entre los casi 60.000 policías y los 40.000 militares destinados a resguardar los recintos electorales.
Ecuador se encuentra desde inicios de 2024 bajo un “conflicto armado interno” para hacer frente al crimen organizado y contrarrestar la escalada de violencia que ha situado al país a la cabeza de Latinoamérica en índice de homicidios, una tendencia que se ha recrudecido en este inicio de 2025 con un promedio de un asesinato por hora.