La posibilidad de alcanzar la inmortalidad captó la atención de la humanidad durante siglos. La Inteligencia Artificial analizó los avances y las perspectivas futuras. Los resultados muestran que, aunque hubo progresos notables, aún persisten desafíos importantes para los humanos.
La edición genética, la criopreservación y los implantes neuronales pueden ser considerados como grandes avances.
Abrieron nuevas posibilidades para extender la vida humana. Sin embargo, ninguna de estas innovaciones demostró la capacidad de eliminar completamente el envejecimiento o la muerte. La transferencia de la conciencia humana a una máquina y la detención permanente del deterioro corporal, siguen siendo objetivos no alcanzados.
Según la IA, la ciencia enfrenta obstáculos significativos en el camino hacia la inmortalidad. La complejidad del envejecimiento celular sigue siendo uno de los principales desafíos. La falta de evidencia clínica sólida limita las posibilidades de aplicación práctica.
Actualmente, investigadores destacados en el campo de la neurociencia están enfocando sus esfuerzos en el desarrollo de nuevos sistemas tecnológicos que hagan posible la transferencia de la mente humana (mind uploading en inglés) a un espacio virtual para así preservar esa conciencia por mucho tiempo, pese a que el cuerpo físico haya dejado de existir.
La medicina antienvejecimiento exploró diversas estrategias para extender la vida humana. Suplementos, terapias hormonales y dietas específicas mostraron resultados prometedores en estudios preliminares. La terapia genética y los fármacos senolíticos ofrecen nuevas esperanzas para combatir el envejecimiento. Sin embargo, estos métodos aún no lograron demostrar su eficacia a largo plazo en humanos, según recopiló la IA.
Algunas voces de la comunidad científica consideran que la mente es un elemento abstracto que es producido por el cerebro y por ello no es algo que se pueda manipular como un archivo digital que se inserta en un dispositivo de almacenamiento especial.
La Inteligencia Artificial proyectó avances en la extensión de la vida humana. La IA estimó que en las próximas décadas se podrían lograr avances importantes en la longevidad. La posibilidad de vivir entre 120 y 150 años con buena calidad de vida parece alcanzable en al menos 30 años, si los avances continúan como en el último siglo.
De esta forma el ser humano estaría cerca de lograr un medio para alcanzar la inmortalidad a través de la digitalización de su propia conciencia, lo cual le haría escapar del deterioro del cuerpo humano, para así seguir existiendo en un terreno digital. No obstante, este tipo de tecnología también plantea un debate ético sobre los límites y alcances que debe tener la tecnología ya que el hecho de que sea posible almacenar conciencias humanas en máquinas también genera serias dudas sobre la esencia de la humanidad y el respeto por la vida.
Así, la IA concluyó que la inmortalidad sigue siendo un concepto teórico. Sin embargo, los avances científicos desafían constantemente los límites de lo posible. La extensión significativa de la vida humana parece un objetivo realista en el mediano plazo.
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