Birkenstock, sandalias, feminismo y una valuación de 10.000 millones

Tendencias 05 de octubre de 2023
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La compañía de origen alemán está controlada por la firma de inversión L Catterton, en la que está presente la familia Arnault, dueña del grupo de marcas de lujo LVMH.

En las décadas de 1960 y 1970, el movimiento pacifista y los hippies adoptaron Birkenstock, llevando los modelos de sandalias, Madrid, Arizona y Boston como parte de su celebración de la libertad y de su espíritu libre. El fabricante alemán explica así cómo se convirtió en una marca reconocida hace medio siglo. Y, “en los 90, inspiradas por el movimiento feminista, las mujeres llevaban Birkenstock para liberarse de los persistentes cánones de la moda, que requerían llevar dolorosos tacones altos y calzados que oprimen los pies”.      

Birkenstock saldrá a bolsa en Estados Unidos en los próximos días y, por ese motivo, ha desglosado al regulador del mercado bursátil, la Securities and Exchange Commission, tanto las bases de su negocio, como su evolución financiera y las previsiones que tiene para el futuro.

Una de ellas apunta a cuánto cree que valdrá la compañía cuando comience a cotizar. Prevé que su valor como empresa llegue a 10.000 millones de dólares.

Sale a bolsa para convencer a nuevos accionistas e incrementar su capacidad financiera. En concreto, prevé vender 32 millones de acciones, valoradas entre 44 y 49 dólares cada una, lo que les permitiría captar más de 1.500 millones de dólares, en la franja de precios más alta, según la información que ha remitido a la SEC. 

Desde 2021, la compañía está controlada por L. Catterton, del que forma parte el magnate Bernard Arnault, el millonario francés dueño del consorcio de marcas de lujo Moët Hennessy - Louis Vuitton (LVMH).

La familia Arnault es la mayor fortuna de Francia, también, del mundo, según la clasificación de millonarios que realiza la revista Forbes. En concreto, calcula su patrimonio en 186.000 millones de dólares.

Birkenstock ha sido una de las marcas que ha acaparado atención por la película Barbie, donde aparece como opción de calzado para el personaje principal más cómoda que los tacones. En su documentación en la SEC, su aparición en la película de Greta Gerwig no se menciona, pero sí se vincula varias veces a la marca con el feminismo. 

Habla, por ejemplo, del “avance del feminismo moderno”. Asegura que “la continua evolución y expansión del papel de la mujer en la sociedad continúa impulsando cambios significativos en sus preferencias de calzado y ropa”.

“Mientras las tendencias en la moda van y vienen, nosotros creemos en la creciente preferencia por prendas y calzados funcionales”, afirma a la SEC.

“El avance del feminismo moderno y el aumento del consumo responsable, con un propósito, han convergido en torno a Birkenstock y seguirán impulsando la relevancia y el alcance de nuestra marca durante los próximos 250 años”.

La compañía alemana tuvo su origen en 1774 cuando Johann Adam Birkenstock comenzó a trabajar como zapatero. Sin embargo, fue a principios del siglo XX cuando uno de sus descendientes, Konrad Birkenstock, inventó un tipo de plantilla que respetaba el arco del pie. Y ya en los 60 lanzó al mercado su primer modelo de sandalia, llamado Madrid, que considera un éxito de ventas.

La compañía asegura que fabrica todos sus productos en Alemania y que el 54% de sus ventas se concentran en Estados Unidos y Canadá, mientras que Europa representa el 36%, pero no detalla datos por países.

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