De la ESMA a Sudáfrica

Sociedad 31 de agosto de 2023
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Según una investigación de los periodistas Miriam Lewin y Facundo Fernández Barrio en la Revista Anfibia, cuatro militares argentinos entre los que se encontraban Jorge “Tigre” Acosta y Alfredo Astiz habrían sido llevados a Sudáfrica para esconderlos de las denuncias internacionales por crímenes de lesa humanidad.

Según la nota, Sudáfrica, que se encontraba en pleno Apartheid, se posicionó como un socio estratégico del gobierno militar. La Armada argentina poseía oficinas en ese país y envió a represores que participaron de torturas en la ESMA para bajar el perfil del mayor centro clandestino de detención.

En el caso de Astiz, durante sus primeros meses en Sudáfrica, gozó de inmunidad diplomática e incluso asistía a eventos sociales y cócteles. Los periodistas recuperan una de las frases de Astiz a la prensa sudafricana: “En Sudáfrica pasé los días más felices de mi vida”.

A principios de los ochenta, la Armada Argentina ordenó el traslado de Jorge "Tigre" Acosta, Alfredo Astiz y otros dos represores de la ESMA a Sudáfrica para esconderlos en medio de las denuncias internacionales por sus crímenes.

Durante su estadía en el país del apartheid, las fuerzas armadas sudafricanas implementaron un nuevo método para eliminar a prisioneros de grupos disidentes: los vuelos de la muerte, una mecánica de aniquilamiento idéntica a la que se había usado en la ESMA. Amparados por una alianza militar entre ambos países, los marinos se reciclaron al otro lado del océano hasta que la prensa los descubrió. “En Sudáfrica pasé los días más felices de mi vida”, dijo una vez Astiz.

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