El fantasma de la debacle del 13A

El País 01 de agosto de 2023
IMG_6093

Aunque las performances provinciales no son extrapolables a nivel nacional, poner la lupa ahí podría marcar una tendencia del humor social de la época. En 2019, antes de las primarias en la que Vidal perdió por casi 20 puntos con Axel Kicillof, Cambiemos había retenido Jujuy y Mendoza. Por entonces, la novedad era otra: las victorias cómodas de los peronismos, sumado al triunfo en Santa Fe. Era una ola azul, que por la regla de no leer lo provincial como augurio nacional, Macri no vio venir y lo pasó por arriba.

La ola amarilla no había siguiera empezado y la ola azul anticipaba la paliza del Frente de Todos al binomio Macri-Pichetto, por 17 puntos, una cifra que nadie vio venir. El mandamiento que afirma que los resultados de las elecciones provinciales no deben traducirse como augurios de las elecciones nacionales tenía, por entonces, portavoces fervientes en el ecosistema macrista. Lo mismo se escucha, ahora, en el comando de campaña de Unión por la Patria donde se obstinan en minimizar las derrotas que el peronismo acumula en las provincias. 

La oposición está muy cerca al menos de duplicar la cantidad de distritos que tendrá desde el 10 de diciembre: a los que ya tiene, Cabz, Mendoza, Corrientes y Jujuy–, sumaría San Juan, San Luis, Neuquén y Chubut. Ya ganó además las PASO en Chaco y Santa Fe. Y pese a la derrota, hizo una elección competitiva en Córdoba y sumó números inéditos en La Pampa.

Chubut también fue noticia por el nivel de ausentismo de su electorado. La participación a las urnas fue del 69,28%, una marca récord: por primera vez desde el retorno democrático en una elección local fue a votar menos del 70% del padrón. El ausentismo es una alerta clave para entender el clima social imperante de cara a las presidenciales.

El descontento también se puede palpar en el voto en blanco. En Chubut fue la cuarta opción, con 10,37 %, luego de los candidatos de JxC (34,87), el peronismo (33,01) y el candidato referenciado en Javier Milei (12,43). El promedio de las provinciales está muy cerca de los 8 puntos. El caso de mayor impacto fue Tierra del Fuego, con 21,07%.

Con el triunfo en Chubut y asumiendo que ocurrirá lo propio en CABA, Mendoza y Santa Fe, Juntos por el Cambio gobernará al menos ocho provincias sin contar en Chaco y Entre Ríos. De sumar, en un escenario abierto, la Provincia de Buenos Aires, la hoy oposición pasaría a gobernar 11 provincias: algo que no ocurre desde el regreso de la democracia para una fuerza no peronista.

Una reconfiguración que el espacio alcanza fuera del gobierno nacional y con paridad entre el PRO y el radicalismo en relación a los territorios gobernados.

Si a Massa le va bien pese a la enorme cantidad de restricciones que enfrenta, al camino de improvisación extrema que eligió y a la inflación que elevó en apenas unos meses del 78% de agosto al 115% de junio, todos los argumentos en su contra irán parar por un tiempo al basurero de la historia. Improbable. Si a Massa le va mal, en cambio, servirán de explicación de una cruzada riesgosa, que estaba destinada al fracaso. Y se agitarán a partir del 14 de agosto interrogantes sobre la gobernabilidad. Basta con ver los futuros del dolar de ese mes. Una debilidad que en campaña podría agitar el candidato para ganar tiempo hasta octubre. 

Massa tiene dos semanas de campaña en las que el Fondo se irá de vacaciones. A su regreso, deberá evaluar el caso argentino y se verá si el directorio comparte los criterios del staff. En el medio, Argentina pagará vencimientos por 3400 millones, según se supone con yuanes y, en un movimiento que no registra antecedentes, con el préstamo de U$S 1000 millones de la Corporación Andina de Fomento.

El Fondo luce inalterable, aferrado a sus recetas de toda la vida y bastante más exigente de lo que trascendía hace un par de meses, antes de que Massa fuera proclamado candidato de Alberto y de Cristina.

Massa cedió una serie de medidas a sectores de alta rentabilidad pero no tuvo más que paliativos para los que se vieron devorados por la inflación que se disparó. La licuación acelerada que en el último año afectó a jubilaciones, salarios e ingresos informales está relacionada con el interrogante que van a develar las PASO: cuál es el grado de competitividad electoral que logró Massa en el año que lleva como jefe del quinto piso. Como pocas veces, el diario del lunes saldará esa discusión.

En menos de dos semanas, se verificará si la secuencia de derrotas fueron anomalías locales, excusas de quiénes no quieren ver lo qué pasa o capítulos de una novela terminal para el oficialismo que empezó a perder poder antes de asumir en 2019.

Te puede interesar
Lo más visto