Domingo violeta

El País 27/10/2025
IMG_9760

Milei logró revalidar el modelo, se impuso a nivel país y golpeó al peronismo en la provincia de Buenos Aires donde La Libertad Avanza dio la mayor sorpresa con una victoria sobre Fuerza Patria. También ganó en distritos clave como Córdoba, Santa Fe, CABA y Mendoza. Triplicó bancas en Diputados, amplió en el Senado. Logra un tercio propio para blindar vetos y se convierte en la primer minoría en la Cámara baja.

Se sabia y se ratificó por enésima vez, el anti peronismo es el principal movimiento social en la Argentina. El movimiento deberá decidir de una vez por todas y por la fueza, una renovación de liderazgos e ideas si pretende ser una opción de poder. Como todo proceso, llevará  tiempo y audacia. En solo un mes, el antikirchnerismo organizó el voto.

La paliza excede los números: ganar Córdoba y Santa Fe, de Provincias Unidas era un objetivo difícil pero posible, dar vuelta la elección en provincia de Buenos Aires no figuraba ni en los planes más optimistas. Milei noqueó al peronismo que retomará, inevitablemente, una batalla interna que estaba encapsulada.

El cordobesismo que impulsó la tercera vía cuando olió sangre, pero se terminó dando cuenta que parte de  su electorado se organiza contra el kirchnerismo. Córdoba puede ser peronista, pero nunca kirchnerista que hoy es apenas el partido del conurbano e inhibidor de cualquier renovación.

El peronismo tiene una crisis que no asume, Macri se volvió irrelevante y Schiaretti que perdió por 14% con un desconocido, se licuó. El libertario se queda, en una sola jugada, con el capital del PRO y PU. Chau centro.

IMG_9765

En el peor momento del gobierno, ganó, subiendo la apuesta, y demostrando que el anti peronismo es la fuerza más popular de la Argentina. Un grito que viene del interior, que se encarna cada vez que lo quieren llevar a ese pasado hecho con una mezcla diversa, desde productores hasta trabajadores que no conocieron ese mundo de derechos del que prometen su vuelta.   

Milei pasó la prueba en su peor año, con un gobierno intervenido por Trump con un puñado de dólares. Y ganó. Lo que hace seis meses parecía natural, y hace dos semanas imposible.

Es el resultado de una democracia de cuatro décadas en la que todas las opciones ideológicas fracasaron. A través de Milei entendimos la sociedad en que vivimos. 

La lista de gobiernos coincide con el quiebre de una economía incapaz de crecer,  la década perdida de la grieta. No dejaron más que burocracias, audiencias en debates sin solución. Ya no es difícil ganar una elección,  difícil es gobernar, transformar. Y Milei aprovechó esta decadencia y prometió represión, dolarización, ajuste. Y si bien no todo ocurrió se ató a  dos variables: dólar barato e inflación en baja. La crisis existe, el ajuste continúa y la recesión se ordena puertas adentro, es una administración agobiante en esas tantas familias endeudadas. 

Al fin y al cabo la hibridez política de quienes jugaron hace un año con el gobierno y hoy se ubicaron como opositores se hizo notar con fuerza. Antes dieron gobernabilidad, ayer la mayor parte de la explicación del resultado electoral.

La esperanza del futuro económico, a pesar de los pesares, se hizo fuerte ante las certezas del pasado. Quizás, los mercados den más señales de apoyo, más que lo que yan vienen haciendo, pero se sabe que el modelo, así como esta, es de corto plazo.

El milagro fue ganar con recesión y salarios en baja. La incertidumbre cambiaria, con la amenaza de un dólar caotizado, le jugó a favor. La Casa Blanca y el FMI le pidieron consenso. Estados Unidos compró tiempo para Milei. Y la sociedad lo avaló.

Te puede interesar
Lo más visto