

La Federación Internacional de Asociaciones de Fútbol no cambió las reglas que aplicó en el pasado Mundial masculino de Qatar para el campeonato femenino que organizan Australia y Nueva Zelanda.
Las jugadoras no podrán llevar el brazalete arcoíris en apoyo a los derechos de la comunidad LGTBI. Si lo hacen, podrán ser expulsadas del campo antes de comenzar el partido.
La FIFA, a cambio, ofrece ocho brazaletes distintos, todos ellos con la reivindicación de una causa social diferente, pero la reivindicación de los derechos LGTBI se queda fuera. Tampoco estará permitido llevar el brazalete con el lema “One Love” que ya quisieron utilizar las selecciones masculinas de países como Alemania, Bélgica, Dinamarca o Países Bajos en la pasada edición masculina. Al final, desistieron ante el temor a las sanciones de la FIFA.
“El fútbol une el mundo, y nuestras competiciones internacionales, como la Copa Mundial Femenina de la FIFA, tienen la extraordinaria capacidad de unir a las personas y brindar alegría, emoción y entusiasmo”, declaró Gianni Infantino, presidente de la FIFA, en un comunicado. “Pero nuestro deporte es capaz de mucho más: también puede poner de relieve causas sociales muy importantes. Hemos decidido destacar una serie de causas sociales en los 64 partidos de la Copa Mundial Femenina de la FIFA: desde la inclusión a la igualdad de género, pasando por la paz, la erradicación del hambre, el fomento de la educación y la lucha contra la violencia de género”.
Ninguna de ellas, sin embargo, hace referencia a la comunidad LGTBI ni presenta en su diseño los colores de la bandera arcoíris, el símbolo de sus reivindicaciones que no tendrá cabida en un Mundial que espera batir récords históricos de asistencia y que ya agotó las entradas para el partido inaugural entre Australia e Irlanda en un estadio con capacidad para 83.500 personas.
La máxima institución del fútbol mundial se escuda en que acordó con organizaciones como Naciones Unidas o la Organización Mundial de la Salud reivindicar todo tipo de causas sociales como la lucha contra el hambre o la educación para todos. Sin embargo, no habrá un apoyo oficial a la causa LGTBI precisamente en uno de los torneos en los que participa un gran número de jugadoras que son parte de esa comunidad.
La selección de Inglaterra, campeona de Europa y una de las que ya utiliza habitualmente el brazalete “OneLove”, manifestó su interés en que se incluya esta modalidad entre los permitidos por la FIFA. “Pase lo que pase, sabemos lo que defendemos”, declaró la jugadora de Inglaterra Georgia Stanway a la cadena británica Sky Sports. “Espero que encuentren pronto una resolución favorable”, añadió su seleccionadora, Sarina Wiegman, en referencia a la intención de sus capitanas de seguir portando el lema “One Love” como hasta ahora.
El pasado mes de marzo, la presión de las futbolistas ya obligó a que la FIFA rechazara el patrocinio de Arabia Saudí para este Mundial por su historial de violaciones de derechos humanos.