La Corte Suprema de EEUU pone fin a la discriminación positiva por raza en las universidades

El mundo30 de junio de 2023
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Las universidades de Estados Unidos ya no podrán tomar la desproporción racial en consideración a la hora de admitir a alumnos en sus aulas. Así lo dictaminó la Corte Suprema del país, con una mayoría de 6 votos contra 3, poniendo punto y final a la discriminación positiva de los estudiantes negros y latinos, que llevaba dos décadas en vigor.

El caso fue llevado hasta el máximo tribunal por la denuncia de Edward Blum, el fundador de Estudiantes por Admisiones Justas (SFFA, en inglés), contra los sistemas de admisión de la Universidad de Harvard y la de Carolina del Norte. El promotor del recurso considera que este modelo es injusto porque perjudica a los estudiantes blancos y asiáticos en favor de los negros y los latinos.

Tras conocer la sentencia de hoy, Blum celebró que la Corte le haya dado la razón: “Poner fin a las preferencias raciales en las admisiones universitarias es un resultado que la gran mayoría de razas y etnias celebrará. Una universidad no tiene verdadera diversidad cuando simplemente reúne a estudiantes que parecen distintos pero proceden de entornos similares y actúan, hablan y piensan igual”. 

El argumento de las dos universidades demandadas es que el sistema de admisión basado en la discriminación positiva promueve la igualdad de oportunidades, facilitando la llegada de las minorías a las universidades, pero no ha convencido a los jueces del Supremo.

Su decisión tendrá efectos sobre las universidades de todo el país, que se verán obligadas a introducir cambios en su sistema de admisiones, sobre el cual se pronunció la Corte en 2003, con una composición de jueces muy distinta. Hace dos décadas, el tribunal había aprobado el uso de criterios raciales en las admisiones, justificándolo en que la existencia de un alumnado diverso genera beneficios educativos superiores para el conjunto.

En el caso contra la Universidad de Carolina del Norte, que es pública, la SFFA argumentó que las políticas de acción afirmativa no cumplían la cláusula de igual protección recogida en la 14ª enmienda. En cambio, en el caso de Harvard, una universidad privada, se le impugna una violación del Título VI de la Ley de Derechos Civiles, que prohíbe a los programas que reciben fondos federales la discriminación racial. En este caso, la SFFA sostiene que estas prácticas discriminan a los asiáticoamericanos.

Más temprano, el expresidente Donald Trump había celebrado la jornada como “un gran día para EE.UU.” que, a su parecer, significa la vuelta al sistema del “mérito” en las universidades. Por su parte, el expresidente Barack Obama también se pronunció al respecto en Twitter. “La discriminación positiva nunca fue una respuesta completa en la búsqueda de una sociedad más justa. Pero para generaciones de estudiantes que habían sido sistemáticamente excluidos de la mayoría de las instituciones clave de Estados Unidos, nos dio la oportunidad de demostrar que más que merecíamos un lugar en la mesa”, escribió.

“A raíz de la reciente decisión de la Corte Suprema, es hora de redoblar nuestros esfuerzos”, añadió el exmandatario demócrata.

La Administración de Joe Biden afirma que la eliminación de estas admisiones basadas en la raza tendrá un efecto “desestabilizador”, que provocará una caída de los estudiantes negros y latinos en las universidades más selectas del país. 

Esta decisión es el último ejemplo del rumbo que ha tomado la máxima instancia judicial del país, que el año pasado ya publicó polémicas sentencias, como la que derogó el derecho al aborto, la que amplió el derecho a llevar armas o la que limitó la capacidad legislativa del Ejecutivo en materia climática.

En representación de la parte progresista, la jueza Sonia Sotomayor ha destacado en su escrito el “impacto devastador de esta decisión” que “afianzará la segregación racial en la educación superior, porque la desigualdad persistirá mientras es ignorada”.

Sotomayor, se opone a la decisión de la mayoría conservadora, que agrava la discriminación en una “sociedad endémicamente segregada en la que la raza siempre ha importado y sigue importando”. De este modo, la jueza concluye que la decisión “subvierte la garantía constitucional de igual protección al afianzar aún más la desigualdad racial en la educación”.

Los nueve jueces también tomarán una decisión esta semana sobre el caso de la diseñadora web que se niega a prestar sus servicios para las bodas homosexuales. Lorie Smith, una cristiana evangélica de 38 años, presentó una demanda contra una ley del estado de Colorado que impide a las empresas discriminar por motivos de orientación sexual.

Smith quería ampliar su negocio para ofrecer servicios de creación de páginas web para bodas, pero con un límite: no trabajar para parejas gay. Sin embargo, la ley de Colorado le obliga a no discriminar, por lo que debe prestar servicio tanto para parejas heterosexuales como homosexuales.

Smith alega que la Primera Enmienda de la Constitución, que consagra la libertad de expresión, la protege ante la ley de Colorado. Según su abogada, la obligación de aceptar un encargo por parte de una pareja gay vulneraría su libre expresión porque difundiría implícitamente un mensaje favorable al matrimonio igualitario, que ella niega.

El caso buscaba terminar con la ley de no discriminación por orientación sexual. En el momento de hacer la denuncia, Smith ni siquiera había lanzado su servicio de webs para bodas y no tenía ningún encargo de ninguna pareja homosexual.


 

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