Qué es el estrecho de Ormuz

El mundoAyer
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El 20% del crudo mundial circula por este angosto paso en el extremo del golfo Pérsico que el gobierno iraní sopesa cerrar en represalia por los ataques de EEUU.


El bombardeo de las instalaciones nucleares de Irán por parte de EEUU abrió un escenario inédito en la guerra en Oriente Medio que amenaza con globalizar el conflicto. La jerarquía iraní debate cómo responder y amaga con una de las medidas que más repercusiones económicas puede tener en el contexto internacional, como es el cierre del estrecho de Ormuz. .

Situado en el extremo del golfo Pérsico, entre Irán y Omán, con una extensión de unos 170 kilómetros y con menos de 40 kilómetros entre las orillas en su punto más angosto, el estrecho de Ormuz es paso obligado del petróleo camino al océano Índico.

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Es uno de los cuellos de botella marítimos más importantes del mundo por su ubicación geográfica.

Cerrarlo limitaría el comercio de los países árabes exportadores de petróleo, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Qatar, Irak y Baréin y, afectaría a las bolsas internacionales y previsiblemente causaría un alza acusada de los precios de los derivados, pues pasan por él diariamente, de media, en torno a 20 millones de barriles de crudo.

Esto representa aproximadamante el 20% del tráfico mundial, según la agencia de información sobre enegía de EEUU. Solo en el caso saudí, la capacidad de exportación se reduciría a la mitad desde los en torno a 10 millones de barriles diarios que actualmente despacha.

Irán dispone de una marina de guerra convencional de más de 100 barcos, que se suman a los que controla la Guardia Revolucionaria, entre los cuales hay algunas embarcaciones rápidas de ataque y miles de minas que podría desplegar para dificultar la navegación. Estados Unidos asegura que puede garantizar el derecho de paso, pero la operación militar sería compleja y, para cuando se completase, el efecto en los mercados de materias primas y en las gasolineras se habría generalizado.

El New York Times cita un informe de la empresa de análisis Winward según el cual en torno a 1.000 buques han resultado afectados por interferencias en los sistemas de localización GPS.

La navegación comercial nunca estuvo cerrada completamente en el estrecho, ni siquiera durante la guerra entre Irak e Irán de los años 80. El régimen de Saddam Hussein lanzó en 1984 una campaña de ataques a barcos iraníes para forzar al enemigo a un bloqueo total y de esa manera forzar la entrada de EEUU en el conflicto, pero Irán limitó sus represalias a las naves iraquíes y el resto de la navegación permaneció abierta. Aún así, el precio del crudo llegó a duplicarse.

Cerrar el estrecho es una medida de presión de impacto inmediato, pero también afectaría gravemente a la propia economía iraní, sometida a sanciones internacionales y que encuentra en la venta de petróleo una de sus principales vías de subsistencia.

Como causante inmediato de la incertidumbre actual, EEUU fue de los primeros en reaccionar ante la posibilidad de un cierre del paso. El secretario de Estado, Marco Rubio, pidió a China que interceda con Irán.

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