Lula 48%

Balotaje confirmado en Brasil: Lula y Bolsonaro mano a mano el 30 de octubre. Será la primera vez en la historia brasileña que la segunda vuelta se disputa entre dos candidatos que fueron presidentes.

El mundo03/10/2022
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El Tribunal Supremo Electoral de Brasil confirmó hoy que la elección de primera vuelta está "matematicamente definida": Lula y Bolsonaro se verán las caras en el balotaje del 30 de octubre.

Son las elecciones más polarizadas desde el retorno de la democracia, con el 91% de los votantes eligiendo una de las dos opciones principales.

Será la primera vez en la historia brasileña que la segunda vuelta se disputa entre dos candidatos que fueron presidentes.

Lula da Silva, seis veces candidato a presidente, nunca antes ganó en el primer turno. Pero el nivel de polarización de la primera parte de la campaña plantea semanas intensas hasta el domingo de las elecciones. “Todas las elecciones a las que me he presentado han sido en segunda vuelta, todas ellas. La segunda vuelta es la oportunidad para madurar las propuestas y para conversar con la sociedad”, dijo el candidato desde el hotel de campaña en São Paulo.

Lula aspiraba a resolver la elección en la primera vuelta. Para eso necesita superar el 50% de los votos totales. Los últimos sondeos de las encuestadoras, entre las que se encontraba la proia Datafolha, le daban a Lula el 51% de los votos. Lula y Bolsonaro concentraron más del 90% de los votos totales de la primera vuelta.

La grieta está explicitada en sus términos y guarda entre sus pliegues una verdad importante para el futuro: Brasil –como Argentina, Colombia, Chile y tantos otros– será un país cada vez más difícil de gobernar. Todo es blanco o negro, democracia o golpismo, corrupción o transparencia… La política se ha puesto definitivamente agónica.

Que medio Brasil detesta a Bolsonaro es, visto desde la Argentina, más claro que el rechazo que también concita Lula. Su techo electoral, se vio, es más elevado que, por caso, el de Cristina y hasta le podría permitir el regreso al poder. Sin embargo, eso también existe para él y su mochila política es pesada.

Lula no fue exculpado de los cargos de corrupción, como suele decir. El Supremo Tribunal Federal (STF) solo anuló las sentencias y juicios en su contra por violaciones del debido proceso, que efectivamente existieron. Durante el último debate de la campaña, en TV Globo, el candidato del Partido Novo, Felipe D’Avila, le preguntó: "En caso de volver a gobernar, ¿usted lo hará como un corrupto o como un incapaz de darse cuenta de la corrupción que lo rodea?". El punto es que medio Brasil piensa lo mismo.
 
Lula ha criticado a Alberto Fernández en una reunión privada por hacer cedido al Fondo Monetario Internacional y le achacó falta de decisión para enfrentarse a los poderes fácticos. Habló, como lo haría Cristina.

Sin embargo, si vence el 30 y consuma su resurrección política, acaso descubra que el oficio de gobernar se ha puesto bastante más difícil que en los viejos buenos tiempos del trío que componía con Néstor Kirchner y Hugo Chávez.

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