

Con 160 votos a favor, 83 en contra y 6 abstenciones, el oficialismo logró blindar –una vez más– un veto al aumento de los jubilados. Después del fracaso con la emergencia en discapacidad, el oficialismo levantó se aseguró el número que necesitaba para vetar.
En el control de daños, las cuentas terminaron aceptables para el Ministerio de Economía. Se les filtró la emergencia en discapacidad, con un costo fiscal de entre el 0,3% y el 0,5% del PBI, pero lograron frenar el aumento de las jubilaciones, el bono y la moratoria previsional.
Hubo un silencio aplastante. Con una ayuda de los gobernadores, el Gobierno repitió el triunfo de hace un año: evitar que el Congreso le apruebe un aumento a los jubilados. Con 160 votos a favor, 83 en contra y 6 abstenciones, la oposición fracasó en su intento de conseguir los dos tercios. Estuvo solo a seis votos, muchos de los cuales, en junio, habían acompañado originalmente la ley.
Después de haber logrado romper, por primera vez en la Cámara de Diputados, el tercio vetador de Javier Milei, la oposición empezó a prepararse para el siguiente desafío: repetir el número para el aumento a los jubilados.
La UCR, que había votado a favor de la ley, intentó un último manotazo de ahogado: solicitar una votación parcial que permitiese acompañar el 7,2% de aumento a todos los haberes jubilatorios, pero rechazar el aumento del bono de los jubilados que cobran la mínima, que se encuentra congelado en $70 mil hace más de un año y la oposición quería elevar a $110 mil. Ya hace un año lo habían intentado, la primera vez que Milei vetó un aumento a los jubilados sancionado por el Congreso.
Con 160 votos a favor, 83 en contra y 6 abstenciones, el Gobierno logró blindar el veto con el apoyo de los gobernadores. El entrerriano Rogelio Frigerio, el mendocino Alfredo Cornejo, el santacruceño Claudio Vidal, el chaqueño Leandro Zdero y el misionero Hugo Passalacqua habilitaron los votos negativos y abstenciones claves que permitieron que Milei pudiera, una vez más, vetar un aumento a los jubilados.