La CGT se llevó el apoyo del Papa que se reunirá con Pettovello y Grabois

La CGT llegó al Vaticano. Por primera vez en su pontificado Francisco recibió a una comitiva del consejo directivo de la central obrera, en un encuentro que los sindicalistas tomaron como un apoyo al mundo del trabajo en medio de la compleja y puntillosa negociación con el gobierno por la implementación de la reforma laboral incluida en la ley Bases.

El papa Francisco se reunió hoy con una delegación que incluía a Héctor Daer y Pablo Moyano, dos de sus cosecretarios generales.

Pero claro que en el mundo de la geopolítica no todo es tan lineal: en la misma semana en que le abrió las puertas de la residencia de Santa Marta a los jefes de los gremios, el Sumo Pontífice se reunirá también con la ministra de Desarrollo Humano, Sandra Pettovello, considerada por muchos sectores como la principal antagonista del modelo laboral y de la organización social.

El Papa viene de hacer en agosto un llamado a "conservar la memoria" luego de la visita de diputados nacionales de La Liberad Avanza en el Penal de Ezeiza a Alfredo Astiz y otros condenados por crímenes de lesa humanidad cometidos en la dictadura. Dos meses antes, el sumo pontífice había mantenido un encuentro con el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof.

En el encuentro, Francisco remarcó "la importancia del trabajo como impulsor de la dignidad humana, dotado de derechos sociales y justicia social" e instó a los gremialistas "a no descansar buscando la justa distribución de la riqueza en un mundo cada vez más inequitativo", según comunicaron desde la central obrera.

A su vez, los dirigentes sindicales le manifestaron al papa su "preocupación sobre el desempleo y la pobreza", le subrayaron la relevancia de la "incorporación de la igualdad de género como expresión de instituciones más fuertes y representativas". Por último, le resaltaron la importancia de su visita al país para "recibir el afecto de todo el pueblo argentino como un signo de confraternización entre todos los ciudadanos".