El dueño de X, Elon Musk, se encuentra en una batalla virtual con el gobierno de Reino Unido en relación a las protestas de la extrema derecha en el país tras el apuñalamiento y la muerte de 3 niñas en Southport.
Los disturbios comenzaron hace dos semanas, luego que las 3 niñas fueran asesinadas por Axel Rudakubana de 18 años. Aunque el hombre nació en Gales, información falsa se difundió en las redes sociales que afirmaba que era un musulmán extremista. Esto desató una serie de protestas anti-inmigración que terminó en graves disturbios y enfrentamientos con la policía.
El primer ministro, Keir Starmer, culpó a las empresas de redes sociales por permitir que las fake news se propaguen por internet y le advirtió que cumplieran con las leyes que prohíben la incitación a la violencia online.
Musk compartió una serie de memes y reacciones en X, su red social, alrededor de las protestas, pero la publicación que generó el mayor problema fue el domingo 4 de agosto, cuando sostuvo que "la guerra civil es inevitable" en Reino Unido.
Eso provocó reacciones de parte del gobierno, específicamente del portavoz del primer ministro Keir Starmer, que dijo que sus comentarios "no tenían justificación". Musk respondió llamándolo "two-tier Kier", en referencia a una teoría conspirativa de la extrema derecha que sostiene que se trata peor a los manifestantes blancos que a las minorías.
La ministra de Justicia, Heidi Alexander, sostuvo que Musk "tiene una responsabilidad" debido a su plataforma y apuntó contra sus publicaciones: "Creo que sus comentarios son bastante deplorables". "El contenido que incita a la violencia o al odio no sólo es dañino: también puede ser ilegal. La CPS [Fiscalía de la Corona] se toma muy en serio la violencia en línea y emprenderá acciones legales cuando se cumplan los requisitos legales. Recuerde a sus seres queridos que deben compartir la información de manera responsable o afrontar las consecuencias", escribieron en X.
El antiguo responsable de Twitter en Europa, Medio Oriente y África, Bruce Daisley, sugirió que Musk debería enfrentar sanciones y una orden de arresto si continuara provocando problemas. "Si Musk continuara provocando disturbios, una orden de arresto en su contra podría producir fuegos artificiales en la punta de sus dedos, pero como miembro de la jet-set internacional tendría el efecto de enfocar su mente", expresó en su columna de opinión en el medio inglés The Guardian.