La mayoría de los trabajadores se dedica al área de servicios

Sociedad 29 de julio de 2024
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Tres de cada diez empleados trabajan en la producción, pero la mayoría trabaja en servicios. Cerca de 20 millones de trabajadores están registrados en unos 22 millones de puestos: más del 72,5% en actividades de servicios y el 27,5% restante en la producción de bienes.

Son datos sobre la estructura productiva de la Argentina volcados en un informe de Daniel Schteingart, Pablo Sonzogni y Gisella Pascuariello para Argendata, de Fundar.

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El trabajo, hecho con la última información oficial disponible, dice que dentro de los servicios, la rama más importante es el comercio (17,7% del empleo total, unos 3,9 millones de puestos); seguido de salud y servicios personales (12,3%) y enseñanza (10,2%).

En el universo de bienes, sobresalen la industria manufacturera (11,8%), la construcción (8,2%) y agro y pesca (6,4%), considerando el empleo asalariado registrado, no registrado y no asalariado, esto es el cuentapropismo.

En Argentina, en promedio, los servicios son más intensivos en trabajo que los bienes. Es por ello que explican más del empleo (72,5%) que del PBI (63,3%).

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La estructura productiva de un país determina los sectores económicos que predominan y, por ende, dónde y en qué tipo de trabajos las personas pueden encontrar empleo.

En los empleos, tanto dentro de los bienes como dentro de los servicios hay heterogeneidades considerables.

Por ejemplo, dentro de los servicios, el doméstico explica el 7,4% del empleo, pero menos del 1% del PIB. Es la actividad más intensiva en trabajo de toda la economía.

En contraste, servicios como los inmobiliarios y profesionales, dan cuenta de más del 11% del PIB pero menos del 8% del empleo.

Dentro de los bienes ocurre algo parecido. El petróleo y la minería explican menos del 1% del empleo total, pero representan el 4,2% del PIB. En cambio, la construcción explica el 8% del empleo, pero no llega al 5% del PIB. Esta es una de las típicas ramas intensivas en trabajo.

Durante la segunda mitad del siglo XX, el agro perdió relevancia en el empleo y hacia principios de la década de 1990 representaba menos del 10% del total. Esta retracción se asoció a la pérdida de participación en el PIB y al aumento de la productividad (que redujo la mano de obra requerida por producto).

La información y comunicación, los servicios profesionales, científicos y técnicos y los servicios administrativos se encuentran dentro de los servicios empresariales, que ganaron peso desde mediados de la década de 1970 y pasaron del 4% en 1974 al 10% en lo que va del siglo XXI.

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En Argentina, en 2019, antes de la pandemia, los bienes y servicios intensivos en tecnología explicaron el 8,5% del empleo total, cifra es similar a las de Brasil y Colombia y muy inferior al promedio de la OCDE (14,7%).

Los servicios de alta calificación que se asocian con mayores niveles de desarrollo económico representan el 36% del PIB argentino, notablemente por debajo del piso de 55% de participación que registran en países como Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Argentina tiene una estructura productiva de baja intensidad tecnológica respecto a los países desarrollados. Este factor puede haber condicionado sus posibilidades de crecimiento a largo plazo.

Las actividades intensivas en investigación y desarrollo (I+D) representan el 11,9% del PIB argentino, una cifra similar a la de países como Brasil, Chile y Sudáfrica, pero menor al promedio de los países de la OCDE (19,6%) y la media mundial (18,5%).

Desde 1900, el PBI argentino se multiplicó por más de 30 veces. Pero no todos los sectores crecieron al mismo ritmo. Electricidad, gas y agua y petróleo y minería fueron las dos ramas de mayor expansión, multiplicando su producción por casi 2000 y 500 veces respectivamente entre 1900 y 2022.

En contraste, el agro fue la rama de menor crecimiento (multiplicó por casi 13 entre 1900-2022): pasó de explicar el 20% del PIB en 1900 a menos del 10% en las últimas décadas. Esta pérdida de importancia relativa del agro ha ocurrido en todos los países del mundo que fueron desarrollándose y urbanizándose en los últimos dos siglos.

El PIB de transporte y comunicaciones fue el más dinámico de todos los servicios, multiplicándose por más de 140 veces.

En Argentina, las ramas intensivas en I+D explican el 11,9% del PIB. Esta cifra es mucho menor que en el promedio de la OCDE (19,6%) y que el promedio mundial (18,5%) y similar a la de países como Chile, Sudáfrica o Brasil.

Los países que mejor puntúan en esta métrica son Irlanda (36,6%) y aquellos del Este Asiático que registraron procesos de muy rápido crecimiento en las últimas décadas, tales como Corea del Sur (30,6%), Singapur (28,7%) y Taiwán (28,1%).

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