El BCRA da señales hacia la salida del cepo

Economía 24 de julio de 2024
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El Banco Central de la República Argentina (BCRA) dio a conocer mediante un comunicado un nuevo paso hacia la flexibilización de las regulaciones para acceder al mercado de cambios. El objetivo final de esta iniciativa es la eliminación total de las restricciones cambiarias.

El Directorio del BCRA acortó los plazos para que las empresas accedan al Mercado Libre de Cambios (MLC) para pagar importaciones, y a su vez aumentó a 24 mil dólares anuales el monto que los exportadores de servicios no están obligados a liquidar en el MLC.

Además, la entidad financiera permitirá que personas que recibieron ayudas estatales durante la pandemia, o que se benefician de subsidios a los servicios públicos, puedan realizar operaciones cambiarias a través de títulos valores en moneda extranjera, como el dólar MEP.  Además, esto habilitaría a suscribir créditos hipotecarios en pesos y acceder al dólar MEP para realizar sus operaciones inmobiliarias, lo que brinda una mayor flexibilidad y oportunidades en el mercado cambiario.

Al repasar las declaraciones de Milei de los primeros meses de su gestión sobre la eliminación de las regulaciones cambiarias, podemos identificar dos cuestiones que son fundamentales. En primer lugar, que el objetivo siempre fue sacarlas lo antes posible, pero que, para que eso sucediera, primero había que sanear el balance del Banco Central, acumular reservas y eliminar los pasivos remunerados.

Sin embargo, hace unas semanas, cuando al presidente le preguntaron por este mismo tema, contestó que, además de la eliminación de los pasivos remunerados y los puts, la inflación debía converger con la tasa de variación del tipo de cambio oficial en un entorno cercano a 0% mensual. Luego explicó que, en realidad, la convergencia se daría al 2%, que es la velocidad a la que actualmente se mueve el tipo de cambio oficial.

Milei dejó de lado el objetivo de la acumulación de reservas y lo reemplazó por este de la convergencia entre la inflación y el tipo de cambio oficial. Esta modificación puede parecer menor, pero muestra un cambio importante en el programa y en cómo piensan salir del cepo.

Es evidente es que no se lograron acumular las reservas suficientes y obviamente tampoco se consiguió ningún tipo de financiamiento externo.

El salto del dólar financiero y su correlato en la brecha cambiaria evidenciaban las dudas del mercado respecto de la sostenibilidad del programa económico del Gobierno.

Frente a este panorama, era claro que el Gobierno necesitaba mostrar algún tipo de recalibración sobre el programa económico. Una posibilidad podría haber sido la de acelerar la tasa de variación del tipo de cambio oficial,por ejemplo, al 5%, en línea con los últimos datos de la inflación. Esto hubiera permitido que el tipo de cambio medido en términos reales dejara de apreciarse y que se fortaleciera la capacidad del BCRA de acumular reservas. El principal problema con esta estrategia es que hubiese puesto en pausa el proceso de desinflación, dado que el aumento del tipo de cambio oficial casi con seguridad hubiera tenido impacto en los precios.

En cambio, la estrategia elegida por el Gobierno fue la de intervenir en el mercado cambiario financiero. Esto trató de “disfrazarlo” como parte de su fase dos, es decir, como una medida que, en lugar de apuntar a bajar la cotización del dólar financiero, en realidad buscaba frenar la emisión de pesos. Cuando el BCRA compra y acumula dólares, a cambio inyecta pesos.

El Gobierno sigue con la idea de quitar las regulaciones cambiarias lo antes posible, pero con un cambio importante en su estrategia para llevarlo a cabo. Frente al reconocimiento de la falta de financiamiento externo y la baja acumulación de reservas, parece que están apostando a reducir la cotización del dólar financiero vendiendo las escasas reservas disponibles.

El objetivo doble es evitar que el aumento del dólar se traslade a los precios, permitiendo que la inflación continúe bajando hasta ubicarse en un 2%, y reducir al máximo la brecha cambiaria, con la intención de unificar o incluso dolarizar,  sin provocar una devaluación del tipo de cambio oficial.

No está claro que la inflación vaya a converger en el corto plazo al 2% mensual. El recurso de utilizar la venta de dólares para tratar de contener la brecha cambiaria ya fue utilizado reiteradas veces en los últimos años y, por lo general, no funcionó.

La eliminación de las regulaciones implica que tanto las personas como las empresas puedan acceder a la compra de dólares. Eso conlleva un incremento de la demanda sumamente significativo. Como referencia, solo en los tres primeros meses de la unificación llevada a cabo por Macri en 2015, la compra neta de divisas para atesoramiento fue de USD 4.700 millones.

Fiel a su dogmatismo monetarista, Milei dice que esto no va a suceder porque su política económica va a “restringir totalmente la cantidad de pesos. Veremos si está en lo cierto o no, tiene todo el pasado por delante.

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