El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, dio a conocer hace un rato su decisión de seguir en el cargo. La semana pasada, en una carta a la ciudadanía, anunció que se tomaría unos días para analizarlo. El PSOE, partido al que pertenece, lo impulsaba a seguir y el fin de semana hubo manifestaciones para pedirle lo mismo.
La disyuntiva surgió después de que su esposa, Begoña Gómez, fuera acusada de tráfico de influencias y corrupción. La última denuncia judicial la señala por sus vínculos con Air Europa, una de las compañías que recibió un salvataje del Gobierno español durante la pandemia.
“He decidido seguir con más fuerza si cabe al frente de la presidencia del Gobierno de España”. Con esta frase Pedro Sánchez puso punto y final a la reflexión anunciada hace cinco días sobre su futuro político y que mantuvo al país, al Gobierno y al PSOE en vilo hasta la mañana de este lunes.
El presidente compareció en el Palacio de la Moncloa para asumir el “compromiso de trabajar sin descanso, con firmeza y con generosidad por la regeneración pendiente de nuestra democracia y por el avance y la consolidación de derechos y de libertades” y despejar así la incertidumbre creada tras su anuncio del pasado miércoles.
“No es un punto y seguido, es un punto y aparte. Solo hay una manera de revertir esta situación. Que la mayoría social, como ha hecho estos cinco días, se movilice en una apuesta decidida por la dignidad y el sentido común, poniendo freno a la política de la vergüenza que llevamos demasiado tiempo sufriendo”, sostuvo el mandatario.
Sánchez, que explicó que las muestras de apoyo que recibió estos días de su propio partido y del “conjunto de la sociedad”, resultaron determinantes en su decisión, aseguró que la reflexión que llevó a cabo “no va del destino de un dirigente en particular, eso es lo de menos”, ha dicho. “Se trata de qué tipo de sociedad queremos ser”.