El dólar bajó de los $1.000 y aún no se libera el cepo

Economía 07 de marzo de 2024
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El interés de los inversores financieros por un presidente que ajuste en forma drástica, sin grandes protestas sociales, y una recesión que obliga a empresas y personas a quemar ahorros para cubrir gastos cotidianos. Todavía faltan divisas para quitar los controles cambiarios. Se necesitan las de la próxima cosecha y quizá también fondos del FMI y más. Los riesgos.

En un contexto donde los tipos de cambios paralelos están planchados y la inflación continúa en niveles elevados, se generó un reverdecimiento del apetito por el carry trade. Pese a esto, sin embargo, hay pocos instrumentos que paguen una tasa en pesos que le gane al aumento general de precios. Cabe resaltar que el carry trade es una estrategia que consiste en invertir en activos en pesos, captar la ganancia y luego recomprar dólares. Al final, si se logró el objetivo, el inversor tendrá más dólares de los que tenía al inicio.

Este miércoles tanto el dólar MEP, como el blue y el Contado con liquidación continuaron con una marcada tendencia bajista. De hecho, los dos primeros ya perforaron los $1.000 y el bolsa se convirtió en el tipo de cambio más barato de los paralelos por estos días.

El gobierno debería arbitrar los medios necesarios para que los dólares paralelos no sigan bajando porque, va a ser más barato importar con ese tipo de cambio que al oficial, es decir, comprándole los divisas al Gobierno a través del Banco Central.

Esto sería muy perjudicial para para la estrategia de Economía porque, cuando se venden los dólares, cobra el impuesto País sobre el valor del dólar mayorista. Si un importador compra a través del CCL no paga ese tributo, por lo que eso tendría un impacto muy fuerte la balanza fiscal, que el gobierno usa como ancla para frenar la inflación y también que tiene un objetivo exigido por el Fondo Monetario Internacional.

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Una de las razones de la baja  fue celebrada curiosamente por el jefe de Estado en un posteo de la red X, pero se trata de una mala noticia: la profunda estanflación, alta inflación con recesión, en la que está hundida la Argentina lleva a que empresas e individuos vendan los dólares que tenían ahorrados para afrontar los gastos cotidianos que ya no pueden cubrir con sus ingresos.

En la medida en que el dólar paralelo cae más y más, la pregunta es cuándo se cerrará la brecha cambiaria y podrá levantarse el cepo. En Expoagro, Milei prometió que será a mitad de año, es decir, cuando termine la cosecha de soja y maíz y la consiguiente temporada alta de liquidación de divisas del campo.

La salida completa y permanente se logrará cuando el balance cambiario sea sostenible bajo un régimen libre, y eso requiere un cambio radical de expectativas. Pese a que la inflación ya no es tan alta como en diciembre (25%) y enero (20%), todavía sigue arriba y todos los pronósticos indican que en mayo ya se habrá perdido toda la ganancia de competitividad cambiaria que se logró con la devaluación de diciembre.

Si el gobierno es bastante exitoso y logra revertir las expectativas, el tipo de cambio será más bajo, quizás parecido al promedio del segundo gobierno de Menem. Para no terminar en una crisis de balance de pagos, esto requiere sostener el equilibrio fiscal e incentivos económicos para el sector privado, en particular, el exportador. Ese tipo de cambio bajo terminó con años de depresión económica, desde 1999 a 2001 y perjudicó a la industria, la economía del conocimiento y el turismo. Solos sirve  a los fabricantes de materias primas dolarizadas, como los del campo, la minería y los hidrocarburos.

La competitividad cambiaria se acaba en mayo: para entonces la inflación habrá subido tanto como el dólar oficial, salvo que se acelere ahora la depreciación del peso o los precios se desaceleren más de lo previsto, lo que se pone en duda ante los próximos tarifazos. Lo sabe Milei, que debe desarmar el cepo o armar un esquema dolarizador del cual no estamos enterados.

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