Cristina y los años impares

El País 09 de mayo de 2023
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El presidente y la mitad de su gabinete vienen de comprobar en Brasil que ni siquiera Lula puede impedir su caída acelerada al despoder. Ya fuera de carrera, Alberto atraviesa el tramo final de un experimento que no tiene resuelto su epílogo. Descontrol y miedo.

La política del yo viene con premio consuelo: la renuncia. Hay una moda, la de renunciar. Y para dar a conocer el renunciamiento, videos. El presidente metió 7 minutos, que es lo que dura más o menos una canción de Litto Nebbia. Vidal renunció también y apagó el grabador en el que se sintió obligada a repetir por un mes que la política era un teatro sin público, o algo así. Cambiar el mundo sin tomar el poder o renunciar a algo que nos e sabe que es.

Mientras, hay quienes sí quieren el poder. El cristinismo lo hizo fácil: se quedó en el poder pero dice que no lo tiene. Frente al flagelo sobreactuado donde todos se autojubilan, Francisco intentó algo en el documental “Amén. Francisco responde”, se sentó a conversar.

Las elecciones provinciales, con resultados previsibles, dejaron pocos aspectos para explorar. Le asiste la razón a Mauricio Macri cuando dijo que “no son representativas”, pero más interesante fue el remate: “Son provincias que están manejadas hace muchos años por sistemas feudales, pero ya va a llegar la época de la libertad también para ellos”. Bajo el prisma de Macri y de buena parte del progresismo porteño, los liderazgos provinciales, cuando no son propios, se transforman en feudos. Impresentable. Lo singular del caso es que Jujuy está gobernada por un aliado de Juntos por el Cambio que es Gerardo Morales.

Lo cierto es que aún la insatisfacción con la dirigencia nacional, no se traslada necesariamente a las provinciales. 

Si, afuera. El último domingo, el Partido Republicano de Chile, referenciado en el pinochetista José Antonio Kast, obtuvo una victoria contundente en las elecciones para Consejeros Constitucionales; paradójicamente encargados de dejar atrás la Constitución redactada por Augusto Pinochet. El Partido Republicano superó tanto al oficialismo de Gabriel Boric, como a la alianza entre la derecha y centroderecha tradicionales, que acusaron a los republicanos por su discurso extremista.

El consultor Gutiérrez-Rubí, uno de los más escuchados por el actual oficialismo, escribió en el diario El País un interesante artículo en el que exploró las limitaciones de las campañas del miedo contra estas nuevas derechas a las que calificó de populismos reaccionarios. “Donde la política tradicional ve involución reaccionaria, ellos (un amplio registro de votantes: desde los más conservadores a amplios sectores de jóvenes) ven innovación revolucionaria”.

Para el catalán, la épica que quiere imprimir el progresismo, choca con una escasa cultura democrática de amplios sectores de la población, mientras que el miedo a la posibilidad de que llegue al poder un candidato extremo articula en los votantes alternativas que contrastan con un presente digamos de mierda. En sus propias palabras, “la frontera entre estar mal o muy mal no es movilizadora”. Hasta el momento, el oficialismo no ha encontrado herramientas mucho mejores que las apuntadas por las críticas del consultor.

Mientras tanto, se plantea escenarios diversos antes del cierre de listas. En la provincia de Buenos Aires, los encargados del diseño electoral trabajan con la hipótesis del desdoblamiento. Si bien la operatividad de esa opción es de difícil implementación, la decisión política puede acelerar los procesos.

Las consultoras aún con errores, tienen a Milei como el político más votado en las PASO. El dispositivo político oficial contaría con un 25% sin que haya un dirigente apoyado explícitamente por Cristina. Podrían ser Kicillof, Massa, o el tapado. Sobre esto último, debería ser disruptivo, sin tanta historia y además competitivo. Difícil.

La vice sigue siendo la dirigente oficialista con la positiva más alta y comparte la negativa con el ministro de Economía. El dato relevante siempre es que en Cristina se correlaciona imagen e intención de voto. Así es que el peronismo volverá a demandarla en un año impar. Cómo candidata. Como siempre.

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