China, FMI, sequía y las claves de la bilateral

El País 29 de marzo de 2023
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Alberto se convertirá en el primer presidente argentino en entrar a la Casa Blanca en dos décadas. El anterior fue Néstor Kirchner, en 2003, cuando fue recibido por George W. Bush.

La bilateral comenzará con un primer encuentro a solas en el Salón Oval entre ambos mandatarios, que luego harán una breve declaración a la prensa. Después habrá tiempo para el trabajo conjunto de las dos delegaciones en la sala de gabinete. Las presencias y ausencias de cada parte serán señales políticas en sí mismas.

Fernández llegará a la Casa Blanca acompañado por ocho funcionarios. Estarán el ministro de Economía, Sergio Massa, y su par de Seguridad, Aníbal Fernández; el canciller, Santiago Cafiero; el embajador argentino en Estados Unidos, Jorge Argüello; la portavoz, Gabriela Cerruti; el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; el jefe de Gabinete de Economía, Leonardo Mardcur; y la jefa de Gabinete de la Cancillería, Luciana Tito. El Gobierno argentino buscará poner en el centro de la reunión la cuestión económica y temas relacionados con seguridad.

La presencia de Yellen como contraparte de Massa es central ya que indicará la señal que haya decidido enviar la Casa Blanca en el tema económico. La Secretaría del Tesoro es determinante en las negociaciones del FMI con Argentina. Tiene una posición dura y plantea exigencias mayores para el país. El ala demócrata que representa Biden privilegia la estabilidad política y tiene una postura más flexible y negociadora. Fue clave en la votación que le permitió a la Argentina cerrar el acuerdo con el FMI en tiempos de Martín Guzmán.

Se estima que Argentina perderá este año entre 15 y 20 mil millones de dólares por la sequía. Ese número golpea el nivel de reservas del Banco Central y compromete las metas del acuerdo con el FMI. En la última revisión, Massa logró la flexibilización de la meta de acumulación de reservas, pero el problema se agudizará en los próximos meses. Fernández apelará a la comprensión e Biden y a la influencia de su sector político en el Fondo para moderar las pretensiones del Tesoro.

El ministro de Economía buscará reforzar esa idea durante el encuentro de las dos delegaciones. Sin embargo, no está clara aún la cantidad de tiempo tendrá Massa para desplegar sus argumentos: dependerá de cuánto se extienda la reunión entre los dos presidentes.

La Casa Blanca difundió días atrás un temario de la reunión de los presidentes. El comunicado dice que Biden recibirá a Fernández de Argentina en el marco de los 200 años de relaciones bilaterales. Y se informa que los presidentes discutirán “áreas de interés mutuo” entre las que menciona “los minerales críticos, el cambio climático, el espacio y la tecnología”. “Discutirán cómo ambos países pueden seguir asociándose para abordar los desafíos globales. También discutirán la cooperación económica, así como sus valores compartidos de inclusión, democracia y protección de los derechos humanos”, dice el texto.

La mención a los “desafíos globales” abre el capítulo sobre el impacto global de la guerra en Ucrania y lo que más interesa en Washington: la presencia china en América latina, y en el caso, la Argentina. 

El incremento de las tensiones en materia comercial entre los EEUU y China aceleró la disputa entre las dos potencias globales por la hegemonía global, un proceso que es interpretado en el campo de las relaciones internacionales como una clásica transición de poder entre una potencia hegemónica y una potencia emergente.

Un informe de la Casa Blanca de octubre pasado considera a China como el principal desafío a para estrategia de seguridad nacional de los Estados Unidos. “La República Popular China es el único competidor con la intención de reformar el orden internacional y, cada vez más, tieneel poder económico, diplomático, militar y tecnológico para hacerlo. Beijing tiene ambiciones de convertirse en el primera potencia mundial (...) y utiliza con frecuencia su poder económico para coaccionar a los países”, dice el informe.

China y la Argentina firmaron en 2014, bajo el gobierno de Cristina Kirchner, un acuerdo de asociación estratégica integral: es el undécimo escalón de los catorce con los que clasifica Beijing a sus socios internacionales. Ambos países elevaron el nivel de sus relaciones, que pasaron de la complementariedad de sus economías y su política exterior a sumar una asociación más amplia que alcanza el ámbito cultural, científico y tecnológico, y un punto sensible militar. Argentina y China también han firmado, en febrero de 2022, un contrato para la construcción de una cuarta central nucleoeléctrica en Lima, provincia de Buenos Aires. Es una inversión de 8.000 millones de dólares.

Pero una de las contribuciones más importantes de China hay que buscarla en el terreno de las finanzas, algo que está atormentando al Gobierno y que acaso defina su suerte. Los dos países firmaron en 2009 y acuerdo de intercambio de monedas (swap) que ha tenido distintas renovaciones hasta alcanzar en agosto pasado, los US$ 19.200 millones de dólares. Este acuerdo le ha permitido a la Argentina aumentar el nivel de sus reservas: la semana pasada se activaron otros US$1.000 millones de un acuerdo de US$ 5.000 de libre disponibilidad firmado en enero que aumentó los niveles de liquidez del BCRA para intervenir en el mercado.

Fernández sabe cuál es el compromiso que espera Biden. “Que no se les abran las puertas a China”, dijo este lunes en una charla reservada. No abrir las puertas a China, admite Fernández, es no adoptar su tecnología 5G de conectividad móvil, no recibir inversiones, reducir la intensidad de esa relación. Una apuesta difícil.

El formato
El Presidente es esperado a las 14.40 en la Casa Blanca. La reunión está prevista para las 15.30 (las 16.30 en la Argentina) Biden y Fernández se reunirán primero a solas, ocasión en la que se tomarán la tradicional foto de los presidentes en el Salón Oval.

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