

El gobierno de Portugal anunció un programa piloto de semana laboral de 4 días que comenzará en junio de 2023 y durará seis meses.
Fiel al espíritu de la medida, el recorte de las horas de trabajo no implicará recorte salarial y la adhesión de las empresas será voluntaria. Participará también el sector público con un esquema diferente.
Ya que el Gobierno no ofrece ninguna compensación económica ni subvención, no se estipulará un número exacto de horas semanales, que pueden ser 32, 34 o 36 horas, definidas por acuerdo entre la dirección y los trabajadores.
Sectores empresariales resisten la medida aunque la participación es voluntaria. La Confederación de Comercio y Servicios y la de Turismo han declarado que no es el momento de discutir la semana laboral de cuatro días, argumentando que hay otras prioridades, como la crisis energética. Además, creen que pueden existir empresas "con un perfil" adecuado para ese modelo como es el caso de empresas "en el área de tecnologías, cultura, creatividad, publicidad", pero que habrá dificultades en las empresas con Atención al Cliente.
La semana laboral de cuatro días entró en el debate público luego de que el Partido Socialista lo incluyese en su programa electoral para las legislativas de enero de este año, que ganaron con mayoría absoluta. El proyecto fue presentado por el gobierno tanto a las patronales como a los sindicatos.