LA ASUNCIÓN DEL GOBIERNO DE MASSA
Con una asamblea legislativa ad-hoc, Sergio Massa preparó el terreno para ser ungido como algo más que un superministro: candidato del peronismo en 2023. Cuando esta tarde, desde las 17, según dice la agenda presidencial, Alberto Fernández le tome juramento, el exdiputado asumirá, con la venia de sus socios todistas, la última esperanza del oficialismo. Se transformará en algo así como un presidente sin sillón de Rivadavia, que liberará al jefe de Estado en ejercicio de las presiones políticas y económicas, y desviará la atención gestual que pesa sobre Cristina Fernández de Kirchner. Al menos, a eso aspira: ganar el centro de la escena.
De un extenso y recomendable perfil que publica la revista Anfibia, se rescatan algunos puntos centrales: timing, gestión y construcción política, o como dice el autor, “muñeca, con rosca y con relaciones”. Con esos ejes vertebrales desembarcó, aun sin barco hasta esta tarde, en el gabinete nacional. Barrió vestigios de antecesores, llevó a la cancha a los cuadros técnicos que había alentado a formarse en las sombras del poder e hizo postrar al aparato burocrático ante su imagen de revolución blanda. El operativo massista está en marcha.
Claro que no fue el escenario soñado, porque a pesar de sentirse superministro e incluso un presidente bis, su silla está caliente y “puede fallar”.Cuenta con el respaldo de los gobernadores y los intendentes y, además de la foto con CFK, se llevó el abrazo de Máximo Kirchner.
Los empresarios lo apoyan y le enviaron saludos y funcionarios. Y los mercados lo esperan con expectativas, pero ahí no todo es color de Massa.
La primavera M, que calmó la crisis financiera, se chocó ayer con algunas nubes amenazantes. Por ahora, no hay motivos de alarma, porque incluso el temido miércoles pasará sin conflictos fuertes, debido a que las medidas esperadas recién llegarán en la conferencia de prensa que Massa brindará luego de su jura, cuando los mercados estén en stand by.
Ese atisbo de inquietud se mostró ayer, cuando hubo volatilidad en la city y los dólares financieros repuntaron hasta 2% y el blue volvió a mostrarse pujante, con una cotización 9 pesos por encima del lunes. Si bien es cierto que el efecto Massa desinfló el pánico de la era Batakis, el mercado se guardó un mensaje entrelíneas para el designado superministro.
Las medidas según el prisma de los medios
Mientras Ámbito Financiero señala que el mercado espera que las primeras medidas de Massa apunten a controlar el gasto público, otros medios de comunicación desplegaron un abanico de opciones para los anuncios: orden fiscal, el fortalecimiento de las reservas y los incentivos, según Infobae; ratificación del programa con el FMI, con mayor recorte de subsidios y una “revisión” de los planes sociales, dice La Nación; un dólar más alto para que el campo liquide y un canje voluntario para descomprimir los vencimientos de leliqs del Banco Central, de acuerdo a Clarín; y reforzar la caja de dólares y palear los efectos de la inflación en los ingresos, avizora Página 12.
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