Nafta al fuego

El mundo02/07/2022
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En las grandes ciudades rusas, los bares están llenos, las localidades se agotan en los cines y en los festivales de jazz. Las operaciones militares en Ucrania están lejos. Un ruido de fondoo que no hay por qué oír.

Según la encuestadora Levada, entre jóvenes de 18-24 años, sólo el 34% sigue las noticias militares. Tal vez porque saben que no combatirán. De 4.238 soldados rusos muertos en suelo ucraniano hasta el 1 de julio, según la plataforma rusa Mediazona, 30 eran de San Petersrburgo y 9 de Moscú.

La mayoría de la tropa caída proviene de regiones de fronteras extremas y pobres, con fuerte presencia de bases del Ejército y tradición local de respeto a las FFAA y conscripción voluntaria en el prolongado servicio militar. Dos repúblicas étnicas están a la cabeza, en muertes y tropas, Buriatia, limítrofe con Mongolia, y Daguestán, de población islámica. Estos soldados viajan a un país de una riqueza como nunca visitaron, su moral es tan alta combatiendo como la de la juventud de la república de Rusia manteniéndose lejos.

En la reunión de tres días del G7 en los Alpes, seguían coordinando los gobiernos de Washington, Londres, Ottawa, Berlín, París, Roma y Tokyo cuál sanción de las grandes potencias de Occidente haría sentir su rigor.

En conferencia de prensa al cierre de la Cumbre, el canciller socialdemócrata de Alemania, el país anfitrión, confirmó la laboriosidad unánime dirigida a seguir imponiendo costos económicos severos e inmediatos“ a Rusia. Habían coincidido en imponer un ”precio límite“ para el petróleo ruso. Sin embargo, no se dieron a conocer medidas específicas porque, reconoció Olaf Scholz, ese límite ”requerirá mucho trabajo“. Según los sondeos de Levada, entre la población rusa la preocupación entre la población rusa por las sanciones descendió mes a mes de mayo a junio.

El embargo a los hidrocarburos rusos y el bloqueo de los puertos rusos en el Mar Negro, así como la financiación y asistencia logística a Ucrania, aceleraron el dinamismo de aumento global del precio de los combustibles. Y ensancharon una crisis alimentaria en ciernes, sobre todo en los países pobres.

En Latinoamérica, el aumento del combustible, y por ende del transporte ha generado en estos días muertes y violencia política aun en países exportadores de hidrocarburos, como Ecuador. Guilermo Lasso volvía a cometer el mismo error que otros gobiernos. Aumentar la recaudación o disminuir el déficit u obtener recursos que reasignar a partir del aumento en el nuevo precio que la gente debe pagar para moverse. Los estallidos sociales de Chile, Colombia y el mismo Ecuador en 2019, son un ejemplo.

Un Acta de Paz puso fin a 18 días de paro nacional, y Lasso prometió cumplir el pliego de demandas en 90 días. El término de la guerra, la inflación, el aumento del barril de petróleo, las sanciones y embargos, es más lejano, y lo que es más dañoso, incierto.

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