Crisis climática. un hotel en Uruguay ayuda a vacas a recuperarse de incendios y sequía

El mundo03/05/2022
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En la localidad de Cuchilla del Fuego hacía tres meses que no llovía. Ni una gota sobre el suelo en las nueve hectáreas resecas de campo que explotan Carmen Portela, su esposo y su hijo en el centro del departamento de Paysandú, uno de los más afectados de Uruguay por la sequía de la primavera de 2021.

El déficit hídrico provocado por el segundo año consecutivo de La Niña había encendido luces amarillas en casi todo el país. Pero fueron los incendios más grandes de la historia en Uruguay, 37.000 hectáreas de bosques se quemaron en Río Negro y Paysandú, lo que generó alarma pública y desencadenó formalmente una declaración de emergencia en los últimos días de diciembre. 

Las pasturas escasas comprometieron, sobre todo, a las vacas que amamantan a sus terneros nacidos entre septiembre y noviembre. En los montes forestales que se incendiaron pastaban miles de vacunos en sistemas integrados con la forestación. Algunos terneros murieron, otros sufrieron quemaduras, unos cuantos se dispersaron al quemarse los postes de los alambrados y fue necesario juntarlos. 

En una reunión de emergencia tras los históricos incendios, los directivos de la Liga del Trabajo, la principal institución social del pueblo de Guichón, ofrecieron sus instalaciones para albergar terneros. En 1999/2000 y 2007/2008, ante otras situaciones de sequía extrema, el predio para ferias, remates y otros servicios ganaderos ya había sido usado con ese fin. 

“Cuando surgió esta opción decidimos darle para adelante, viendo el futuro de la producción”, cuenta Carmen mientras busca identificar a algunos de sus 60 terneros Braford y Angus colorados entre los cientos de animales que pastan en el potrero mayor del hotel de terneros.

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Un hotel para vacas
El predio de la Liga está acondicionado para alojar y manejar ganado. Tiene varios potreros, bretes, mangas para vacunación, cepos, baño de animales, galpones, un amplio ruedo central para jineteadas y otro más chico, para remates, que mantiene reminiscencias de la arquitectura rural de hace un siglo.

Para desarrollar el hotel para terneros fue necesario instalar tres tipos distintos de comederos que cargan hasta 400 kilos de ración, bebederos, garantizar la provisión de agua necesaria, colocar mallas sintéticas para proporcionar sombra y conseguir personal. 

De los 1.065 anotados entraron al hotel 862 terneros de razas Hereford, Angus negros y colorados, Braford y cruza. Algunos animales no llegaron por haber dado positivo a brucelosis y otros porque en el proceso de cinco semanas previo al ingreso sus dueños vieron recuperarse las pasturas –llovieron 600 milímetros en dos meses tras la prolongada sequía- y pudieron mantenerlos en sus campos.

Primero se les enseña a comer y a usar los bebederos. Separados de la madre mientras solo toman leche, con menos de dos meses y 60 o 70 kilos de peso en casos de los más tardíos, deben acostumbrarse a comer ración de granos –una mezcla de maíz, sorgo, cebada, trigo y suplementos minerales- con 21% de proteína, además de alfalfa en fardos. El destete precoz, es decir, anticipar la separación de los terneros de la madre, es una práctica que se utiliza ante situaciones de emergencia, como la sequía en Uruguay. Permite recuperar el estado corporal de las vacas y mantener los índices de preñez del rodeo. Sin embargo, no siempre es utilizada por los riesgos sanitarios y complicaciones logísticas que implica.

La asistencia financiera también era una necesidad. Nelson Moncalvo y Héctor Daniel Martini, presidente y secretario de la Liga, se acercaron a Fernando Mattos, Ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) de Uruguay sobre el proyecto, y se les solicitó un presupuesto para la rehabilitación de 1.000 terneros. El ministro, que ya conocía de primera mano las instalaciones de la Liga, se mostró inmediatamente partidario del proyecto.

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El hotel necesita de unos 3.000 kilos de alimento por semana, es donada por barracas y veterinarias de todo el país. Dos veces por día –temprano en la mañana y a última hora de la tarde- cuatro estudiantes de la escuela agraria La Carolina se encargan de llenar los comederos. John Cáceres, Segundo Pereyra, Lorenzo Panizza y Joaquín Henderson, de 20 y 21 años, se anotaron para hacer una pasantía en el hotel y preparar su tesis sobre manejo de terneros y destete precoz.

Los estudiantes cargan el alimento en una camioneta enganchada a un tractor y recorren lentamente potrero por potrero. Usan los facones que llevan al cinto para cortar el nylon de las bolsas de 40 kilos antes de volcarlas en los recipientes donde una docena de terneros pueden comer, a la vez, hasta cuatro kilos diarios.

La ganadería en Uruguay
El 2021 fue un año “para encuadrar”, coinciden los actores de la ganadería uruguaya. Se registraron récords históricos de faena (2.638.252 vacunos, 630.000 más que en 2020), de exportación de carne y de precio por tonelada exportada (roza los US$ 5.000), con el mercado chino como el principal impulsor, ya que importa el 61%de la carne producida por Uruguay.

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También está en niveles inéditos el precio del ganado. Los terneros nunca habían superado los US$3 dólares por kilo que se pagan desde fines de marzo y valen 50% más que hace un año.

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