

Rituales para atraer la lluvia, existen. ¿Quién no escuchó hablar de cómo una cruz de sal cortada por un cuchillo evitó que el asado naufragara ante un tormentón? Arabia Saudí podría dar por tierra a estas prácticas a través del "sembrado de nubes”.
Es uno de los países del mundo en el que menos llueve, donde se recoge menor cantidad de milímetros por precipitaciones. Para hacerle frente, el Gobierno de este país está organizando un plan para incrementar las lluvias en sus ciudades entre un 10% y un 20% más.
¿Cómo? Mediante la siembra de nubes, un sistema por el cual se liberan partículas de yoduro de plata u otros aerosoles en algunos tipos de nubes, lo que potenciaría las precipitaciones y nevadas. La operación está dispuesta en dos fases centradas en las ciudades más pobladas. En la primera fase, la siembra fue lanzada en las regiones de Riad, Qassim y Hail. Las áreas de Asir, Al-Baha y Taif, puntos próximos al Mar Rojo serán las próximas.
El plan que lleva adelante el gobierno saudí busca revertir la desertización, expandir la vegetación y fortalecer al territorio de cara al cambio climático. Todas estas iniciativas están enmarcadas en el programa Green Saudi Arabia.
Desde el Centro Nacional de Meteorología (CNM) de ese país aclararon que las sustancias liberadas sobre las nubes son “respetuosas con el medio ambiente” y que se encargarán de monitorear los resultados de la experiencia.
Según la Organización Meteorológica Mundial (OMM) en 2017 había más de medio centenar de países implementando programas de modificación del clima con diferentes enfoques.
En Australia esta práctica registró un aumento de las nevadas del 14%. Sin embargo hay quienes advierten que el impacto real del cloud seeding puede no ser “tan prometedor” como se creía. Habrá que esperar.