

Desde hoy, los estudiantes de secundaria no podrán usar teléfonos móviles en los colegios franceses. El gobierno busca mejorar la concentración, reducir disturbios y enfrentar lo que califican como una crisis de salud mental entre los jóvenes.
El gobierno francés prohíbe los teléfonos celulares en las escuelas, a la vuelta del receso. La ministra de Educación, Elisabeth Borne, presentó su hoja de ruta para los próximos meses y dijo que lo que provocan las pantallas en los chicos es un problema de salud pública.
El plan, llamado “teléfono móvil en pausa”, se implementará de manera gradual. Los celulares, tablets y relojes inteligentes deberán quedar guardados fuera de las aulas. Cada escuela será responsable de organizar la logística y aplicar las sanciones en caso de incumplimiento. De acuerdo con el Ministerio de Educación, el uso de teléfonos móviles “perjudica gravemente la capacidad de escucha y atención necesarias para el aprendizaje” y contribuye a los actos de indisciplina en las aulas.
Durante el ciclo pasado, varios colegios aplicaron la medida en forma experimental. Según el informe oficial, los resultados fueron positivos: mejoró el clima escolar y aumentó la concentración de los estudiantes.
Las sanciones irán desde tareas adicionales hasta la confiscación del dispositivoo, en los casos más graves, sanciones disciplinarias.
La prohibición abre un debate global sobre el impacto de la tecnología en la educación y la salud mental. Mientras algunos celebran la medida como un paso necesario, otros advierten que podría ser contraproducente.