

La suba del tipo de cambio, combinada con tasas elevadas, caída del crédito y tensiones preelectorales, crea un cóctel de presión sobre la economía real.
El tipo de cambio oficial saltó 55 pesos y cerró a 1.380, es decir, subió 13% en todo julio. Mientras tanto, el FMI aprobó la revisión del acuerdo con la Argentina y desembolsa otros dos mil millones de dólares.
También le advirtió que hay que comprar divisas para reservas pero le modificó algunas metas. Fue un mes en que, a través de la suba de tasas y la intervención en el dólar futuro, el Ejecutivo buscó contener el tipo de cambio.
Es cierto que el Ministerio de Economía ya había advertido que habría “volatilidad”. Igual de cierto es que, el 2 de julio, en una disertación, el ministro Luis Caputo dijo: “Si tenés pesos y el tipo de cambio flota, y vos sabés que está baratísimo, comprá. No te la pierdas, campeón”.
Las elecciones, lejos de ordenar, introducen incertidumbre, lo que obliga al mercado a operar con cautela. En ese contexto, la suba del dólar no es solo una señal de desconfianza: es también un síntoma del agotamiento de un esquema de control indirecto sobre las variables clave que lleva años.
Pese a que las tasas de interés rondan el 50% anual, un nivel que en teoría debería desalentar la demanda de divisas, el dólar siguió escalando. Los bancos comerciales también acompañaron el movimiento.
En ese contexto, el vocero presidencia buscó enviar una señal política con un posteo en redes sociales que fue críptico y provocador. “Hay un sector que sigue sin comprender el verdadero poder del superávit fiscal”, escribió sin aclarar a quién se refería. La frase puede interpretarse como un mensaje tanto para los mercados, que empujan al alza la cotización, como para los gobernadores que impulsan leyes que aumentan el gasto en el Congreso.
Caputo fue ayer a Neura junto al presidente y a todo el equipo económico y dijo que el dólar sube por “el riesgo kuka”. También señala a algunos bancos. Según Javier Milei, “la traidora, por Victoria Villarruel, dio lugar a una sesión especial y eso habilitó una corrida”.
El dólar es el otro.