La bandera de México ondea rodeada de humo. Las protestas, en Los Ángeles, expresan el rechazo a las redadas migratorias del gobierno del presidente Donald Trump.
“¿Por qué hubo redadas?”, dijo la alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass. “Nos habían dicho que iban tras los delincuentes violentos".
Se refería a uno de los operativos realizados por las autoridades migratorias, el ICE. Residentes de la ciudad empezaron a enfrentar a los agentes federales que realizaban las redadas. La situación escaló en el centro de Los Ángeles, donde hubo autos incendiados y varios manifestantes detenidos.
Algunos de ellos, estadounidenses descendientes de migrantes latinoamericanos, enarbolaban banderas de México, Guatemala y otros países, en solidaridad con sus vecinos y familiares.
Para muchos manifestantes que son ciudadanos estadounidenses, la bandera significa orgullo por sus raíces, así como solidaridad con los migrantes que son objeto de deportación. Son hijos y nietos de inmigrantes. No dudan de su propia ciudadanía ni de su propia pertenencia, pero comprenden el trasfondo racial de los ataques a los inmigrantes.
El gesto indignó a funcionarios del gobierno federal, que calificaron las protestas de antiestadounidenses y sublevación.
“La gente que está causando los problemas son gente mala, son insurrectos”, dijo Trump el lunes, cuarto día de las manifestaciones. Antes, el mandatario había movilizado 2.000 efectivos de la Guardia Nacional invocando una ley que rara vez se utiliza y sin acudir al gobernador del estado, Gavin Newsom.
Trump había elevado el número de fuerzas federales a 4.000 integrantes de la Guardia Nacional y 700 infantes de la Marina en servicio activo que se desplegarían en Los Ángeles.
Tanto Newsom como Bass indicaron que la situación estaba contenida y bajo control.
La legislación estadounidense prohíbe en general el uso de las fuerzas armadas en servicio activo –el Ejército, la Armada, las Fuerzas Aéreas y la Infantería de Marina– para tareas de cumplimiento de la ley en el país, recuerda Bloomberg.
“Actualmente no hay necesidad de desplegar a la Guardia Nacional en Los Ángeles”, decía una carta del despacho de Newsom dirigida al secretario de Defensa, Pete Hegseth, que calificaba la intervención federal de ilegal y “grave violación de la soberanía estatal que parece diseñada para exacerbar la situación”. El fiscal general del estado dijo que planeaban demandar al gobierno de Trump por la decisión.
Las autoridades California se preparan ante la posibilidad de una escalada de las tensiones hacia otras zonas del estado.
"Los inmigrantes son el latido de Los Ángeles” decía una de las banderas que desplegaron los hinchas de Los Angeles F.C., en contra los operativos de la policía migratoria en la ciudad.
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