

El cuerpo del papa Francisco ya fue trasladado desde su hogar de Santa Marta a la Basílica de San Pedro, donde miles de fieles comenzaron a despedirlo. Permanecerá allí durante los próximos tres días hasta su funeral, que se llevará a cabo el próximo sábado.
Se dispuso una transmisión en vivo del funeral del argentino.
El cardenal camarlengo, el estadounidense Kevin Farrell, dio una oración previa la procesión: "Demos gracias al Señor por los innumerables dones que ha concedido al pueblo cristiano a través de su siervo el papa Francisco. Pidámosle en su misericordia y bondad que conceda al difunto papa un hogar eterno en el reino de los cielos y que consuele con esperanza celestial a la familia papal, a la iglesia de Roma y a los fieles de todo el mundo".
Luego, ya en la Basílica de San Pedro, Farrell presidió el servicio conocido como la Liturgia de la Palabra, que incluyó una lectura del Evangelio de Juan y permitió a los asistentes presentar sus respetos al Papa. Seguidamente, distribuyó agua bendita sobre el cuerpo de Francisco.
Roma está revolucionada. Si el Gran Jubileo que celebra la Iglesia católica durante este año preanunciaba una marea de más de 30 millones de personas, la muerte de Francisco se encamina a hacer colapsar a la Ciudad Eterna que, por si algo faltara, promete a tener acaso el operativo de seguridad más grande de su historia.
Luego de tres días de velatorio, el funeral del papa Francisco, que falleció a los 88 años producto de un derrame cerebral y una insuficiencia cardíaca, se llevará a cabo el sábado al aire libre en la Plaza de San Pedro, desde las 10 de la mañana de Italia.
La gran masa de fieles obligó al gobierno italiano a poner en marcha un dispositivo de máxima seguridad: se desplegaron en Roma 4.000 policías y se extendió una zona de exclusión aérea.
El operativo de seguridad se intensificará a medida que se acerque la cuenta atrás al funeral, cuando llegarán delegaciones de unos 170 países.