Preocupación en el Vaticano por la salud del papa Francisco y carta a los obispos de Estados Unidos

El mundoHoy
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El papa Francisco se vio obligado a interrumpir su lectura de la homilía el domingo en el marco de una misa del Jubileo 2025, donde pidió al mundo y a los militares por el fin de las guerras. Su delicado estado de salud hizo que debiera retirarse antes del recinto.


"La realidad es, sencillamente, que soy viejo". El papa Francisco padeció y todavía lo aquejan patologías respiratorias crónicas como bronquitis que, a su edad, se agudizan y pueden afectarlo al punto de tener que suspender su agenda como pasó en las audiencias de fin de año o en la misa de este domingo 9 de febrero.

No obstante, luego de hacer un esfuerzo visible, el papa Francisco cedió ante su cuadro de salud y dejó su homilía a la mitad para que la leyera el encargado de las celebraciones litúrgicas, el arzobispo Diego Ravelli.

En un gesto inusual, y que seguramente tendrá consecuencias diplomáticas, el papa Francisco dirigió una carta a los obispos de Estados Unidos, en la que arremete con dureza contra el plan de deportaciones masivo ordenado por la nueva Administración Trump, y que “lastima la dignidad” de millones de migrantes.

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“He seguido con atención la importante crisis que está teniendo lugar en los Estados Unidos con motivo del inicio de un programa de deportaciones masivas”, sostiene, quien aboga por “expresar su desacuerdo con cualquier medida que identifique, de manera tácita o explícita, la condición ilegal de algunos migrantes con la criminalidad”.

“El acto de deportar personas que en muchos casos han dejado su propia tierra por motivos de pobreza extrema, de inseguridad, de explotación, de persecución o por el grave deterioro del medio ambiente, lastima la dignidad de muchos hombres y mujeres, de familias enteras, y los coloca en un estado de especial vulnerabilidad e indefensión”, sostiene Francisco, que insiste en que “un auténtico estado de derecho se verifica precisamente en el trato digno que merecen todas las personas, en especial, los más pobres y marginados”.

Dirigiéndose a los obispos del país, el Papa los invita a trabajar “a favor de la protección y defensa de quienes son considerados menos valiosos, menos importantes o menos humanos”, al tiempo que reclama “evitar muros de ignominia”. La carta concluye pidiendo a la Virgen de Guadalupe “que proteja a las personas y a las familias que viven con temor o con dolor la migración y/o la deportación”.

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