El debate que enfrentará a Kamala Harris con Donald Trump puede determinar la elección presidencial y decir si por primera vez en la historia se sentará una mujer en el Salón Oval de la Casa Blanca.
Millones de personas seguirán por televisión una disputa donde dos rivales les hablarán a unos pocos miles de votantes. ¿De quién son y qué quieren esos votos que lo deciden todo?
El debate se realizará este martes en Filadelfia, Pensilvania, un estado clave en la contienda presidencial, será transmitido por la cadena ABC y comenzará a las 22:00 (hora argentina).
Será la primera discusión cara a cara entre Harris y Trump después de que la ex senadora asumiera la candidatura demócrata tras el retiro de Joe Biden, luego de su mal desempeño en el debate de junio pasado.
Trump, por su parte, llega a este intercambio intentando asimilar aún el impacto que tuvo en la contienda la ascendencia de Harris, quien logró renovar las expectativas de un partido que se veía a sí mismo como derrotado.
“En circunstancias normales, no es de extrañar que los debates rara vez marquen la diferencia", dice un análisis de The Economist. Sin embargo, en un párrafo siguiente, señala: "Estas elecciones son diferentes. Harris se convirtió en la abanderada del Partido Demócrata muy tarde. Los que siguen la política de cerca ya la conocen, no solo por sus cuatro años como vicepresidenta, sino también por su etapa como senadora y su candidatura fallida a la nominación demócrata en 2020. Pero muchos estadounidenses aún están empezando a conocerla. Los estudios sugieren que los votantes sacan más provecho de los debates cuando conocen menos a los candidatos".
A cada estado se le atribuyen por ley un número fijo y parejo de dos grandes electores correspondientes a los dos senadores que representan a cada uno en la cámara alta del Congreso y un número variable proporcional a la población. Datos y números relativos se actualizan según las informaciones de los censos decenales. California es el estado con más electores (54) y Wyoming el de menos (3).
Aquí interviene la norma determinante del resultado final de la elección presidencial. Que se suma a la de la elección indirecta. El partido que gana más votos en un estado se gana todos los electores de ese estado. Si en noviembre los demócratas ganan 1 voto más que los republicanos en California, en diciembre los 54 electores californianos en el Colegio electoral que votará al presidente serán todos demócratas. Winner takes all: la minoría no tiene representación en el Colegio.
Por tradiciones históricas, por la constancia de los datos de las encuestas de intención de voto, que reiteran las mismas estadísticas elección presidencial tras elección presidencial, se puede anticipar con certeza el voto de la mayoría de los estados. Hay estados rojos, el color republicano, el de las corbatas de Trump, como Carolina del Sur y hay sólidamente azules, demócratas, y además habitualmente marítimos, como Nueva York. Entre medio, los llamados swing states: estados que, también según el registro histórico, también según la compulsa de los sondeos, oscilan en su voto de elección a elección entre los dos grandes partidos. En ellos se hace campaña, a ellos hablan los candidatos.
Los swing states de 2024 son siete, y se dejan clasificar en tres grupos geográficos, económicos, sociales e históricos. Michigan, Wisconsin, Pensilvania corresponden al llamado rust belt. Es el cinturón oxidado de las viejas fábricas con chimeneas de la siderurgia, la metalurgia y la industria automotriz. Tradicionalmente demócratas.
Arizona y Nevada, integran lo que ahora se llama sun belt, cinturón del sol, y también están entre los swing states de la elección presidencial de este noviembre. En Nevada está Las Vegas y el paraíso del juego sufrió por la pandemia, Arizona es un estado mayormente desértico limítrofe con México y un quinto del electorado de EEUU dice que la inmigración indocumentada que entra por la frontera sur es el principal motivo de sus preocupaciones.
Los otros dos swing states, Georgia y Carolina del Norte, son antiguos estados esclavistas que en 1861 declararon su Secesión del gobierno de Washington para formar una Confederación del Sur.
La tasa de inflación es baja, pero los precios de los alimentos han subido un 20%. Los alquileres han aumentado y las tasas de interés de los préstamos inmobiliarios siguen sostenidamente elevados.
Los valores de las hipotecas (mortgages), el préstamo bancario concedido sobre la garantía de la vivienda que se adquiere y que es la deuda que se paga hasta que cancelada la última cuota el ocupante devenga propietario, no son accesibles ahora para la mayoría de la clase media.
La revocación de la protección federal del aborto por un fallo de la Corte Suprema con jueces propuestos por Trump es vista como el símbolo perfecto del reaccionismo machista del ex presidente. Según las tendencias de los sondeos de intención de voto, los varones votan por Trump, las mujeres por Harris.
Trump no se queda atrás. Ahora sabe mostrarse moderado. El candidato republicano responde a los evangélicos que la cuestión del aborto deben decidirla los estados (como sentenció la Corte de Washington), que una prohibición federal no es viable.
En EEUU viven 11 millones de migrantes sin documentos y la mayoría de este número reside y trabaja en el país desde hace unos 10 años. Hay 1,3 millones de migrantes que esperan su deportación: ya ha sido ordenada pero aún no ha pedido ser ejecutada. Trump promete deportaciones masivas.