La ciencia descarta que los teléfonos móviles aumenten el riesgo de cáncer

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation.

Sociedad 04 de septiembre de 2024
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En 2011 la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), dependiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó . las radiaciones emitidas por los teléfonos móviles como “posiblemente carcinogénicas para los humanos” (grupo 2B).

El anuncio, provocó titulares como “los celulares aumentan riesgo de cáncer cerebral” o “la OMS dice que el uso de teléfonos móviles es posiblemente cancerígeno”.

Esto dejó a muchos usuarios con la sensación de que llevábamos un aparato capaz de provocarnos cáncer. Desde entonces, hemos visto cómo el uso de estos teléfonos ha explotado. Han pasado  diferentes generaciones de dispositivos de telefonía (4G y 5G), junto con un debate sobre su seguridad.

La decisión de la IARC en 2011 se basaba en estudios científicos que mostraban algunas asociaciones entre el uso de móviles y ciertos tipos de cáncer cerebral. Sin embargo, la evidencia no era suficientemente fuerte y concluyente. Los trabajos presentaban limitaciones, y la IARC lo reconoció en su cauteloso anuncio, dejando abierta la puerta a más investigaciones.

Ahora, un grupo internacional de científicos, liderado por Ken Karipidis, acaba de publicar un estudio que revisa la evidencia acumulada desde la revisión de la IARC. Este nuevo trabajo ofrece la visión más exhaustiva, clara y actualizada de lo que realmente sabemos hoy sobre los móviles y el riesgo de cáncer.

El equipo reviso 63 estudios epidemiológicos realizados en los últimos 30 años, abarcando a millones de personas en 22 países. Además, ha tenido en cuenta y analizado la fortaleza de cada uno de los trabajos incluidos, evaluando también los posibles sesgos que pudieran condicionar sus hallazgos.

Incluso han analizado factores como el tiempo desde el primer uso, la cantidad de llamadas realizadas o la duración total de las mismas. También han incluido otros tipos de cáncer o la posible radiación de las antenas de telefonía. Con todos estos datos, no encontraron un patrón claro que sugiera que el uso del móvil incremente el riesgo.

La ciencia no ha encontrado una razón para pensar que está en riesgo claro de cáncer por usar su móvil o por vivir cerca de una antena de telefonía.

Un solo estudio nunca es suficiente para sacar conclusiones firmes; es el conjunto de investigaciones revisadas y validadas, como la que inspira 63 trabajos incluidos, lo que proporciona una visión más clara y confiable. Aunque este proceso puede parecer lento, es crucial para evitar afirmaciones y asegurar que nuestras decisiones y opiniones se basen en evidencia sólida.

No es el final del debate, pero sí un paso adelante hacia una comprensión más completa y basada en la evidencia.

La tecnología y el uso de los móviles están en constante evolución, y los científicos continuarán monitoreando cualquier cambio en las tendencias de salud pública.

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