Javier Milei protagonizó este miércoles un acto inédito y sorprendente: con más del 50% de pobreza, una inflación que sigue alta, ingresos desplomados, recesión y los dólares paralelos que se despegan de la cotización oficial, a lo que se suma una situación complicada en Misiones, donde distintos sectores de trabajadores estatales, incluidos los policías, están protestando por mejoras salariales.
El presidente decidió presentar su último libro en el mítico estadio Luna Park, donde además cantó canciones y fue ovacionado por un público magnetizado con su figura. Más que la presentación de un libro, fue un mitin de autocelebración, a poco de cumplirse los primeros seis meses desde que llegó a la Casa Rosada.
Hasta hace un tiempo tenía sentido utilizar la metáfora del Cisne Negro. La concurrencia de hechos como el Brexit o el triunfo de Trump y Bolsonaro amenazaban a quienes creían que, al final la historia, iba a ubicar las cosas en un punto de sensatez. Y eso tenía, además, su capítulo argentino cargado de fe. Es tan excepcional que, entonces, acá eso no va a pasar. Tenemos peronismo, clase media, dulce de leche, Borges, un Papa, el Juicio a las Juntas, entonces nuestra excepcionalidad consiste en que repelemos las ajenas. Acá es imposible que gane un outsider. Y ganó.
La política disociada de la voluntad de cambio.
Largos años sin crecimiento, sin moneda, a puro parche. No vieron que había generaciones de libertarios, y no de peronistas por la identidad, votantes de uber o rappi, ni a Galperín como profeta de la economía popular. Ni el salto de escala en Rosario, con narcos que matan inocentes para negociar.
Todo eso que no vieron tal vez indica que la política ya no está en la política, o no sirve de nada el análisis de peleas de políticos para entender lo que está en juego.. Así, se amontonaron todas estas cosas no vistas, tanto que ahora se volvió lugar común nombrarlas, repetirlas, casi como en el espejismo de estar frente a una sociedad que es novedad absoluta, sin rastros de tradición ni continuidad. Todo es nuevo porque no vieron procesos, ni costos concretos de políticas erradas. Demasiados años de quedarse en el seguro de la retórica vacía, en vanguardia hacia la nada, mientras ocurre este experimento.
Es interesante escuchar a la gente que concurrió, lo más fácil es reír o mofarse, pero seria interesante analizar que no son empresarios ni traders financieros. Son personas comunes y corrientes, laburantes, estudiantes o jubilados, que creen en Milei y justifican cada situación que atraviesa el país.
Ese discurso de Milei ya los encontró rotos y desesperanzados y los abrazó desde la bronca, la tristeza e indignación de un país decadente que no terminó de dar respuestas cada vez que hubo esperanza.
Es más fácil seguramente, por ahora, hacerse los desentendidos sobre Milei y no replantearse lo mal que se hicieron las cosas para que muchos, que en 2019 votaron al peronismo, hoy se vistan de amarillo y negro y celebrar una persona que les está haciendo la vida más difícil. Cuando las cosas están mal hay que creer y ello, Milei, su equipo y los empresarios más poderosos de Argentina, lo entendieron a la perfección. Hasta hoy sigue el crédito.
Milei ingresó al escenario como un rockstar, como acostumbra. Allí cantó la ya clásica canción de La Renga de sus actos, Panic Show. El Presidente se encargó especialmente de recordar que había elegido mudar de la Rural de Palermo al Luna Park la presentación de su libro después de que los organizadores de la Feria del Libro cuestionaran con dureza a su gestión, por sus políticas en contra de la cultura. “Gracias, kirchneristas”, les dedicó, aludiendo específicamente al presidente de la Fundación El Libro, Alejandro Vaccaro.
Cuestionó a los “aborteros” y señaló que “la agenda del aborto tiene más de 3.000 años y es absolutamente asesina por un par de salames que hicieron malas cuentas”.
En otro momento de su discurso aludió al economista John Maynard Keynes como “una de las cosas más oscuras en la historia de la humanidad junto al marxismo”. Después de mencionarlo, la hinchada en el Luna Park cantó: “Oh, Keynes sos ladrón, sos ladrón, sos ladrón, Keynes sos ladrón”. También le gritaron “hijo de puta”. Keynes murió hace 78 años.
Milei cerró la presentación de su libro diciendo que “el maldito socialismo es contra lo que tenemos que pelear de una vez por todas”.
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