Lesbicidio: falleció la tercera mujer y el caso sigue invisibilizado

Sociedad 13 de mayo de 2024
IMG_2003

El ataque de odio en el barrio porteño de Barracas que provocó el detenido Justo Fernando Barrientos, tras arrojar combustible y prender fuego una habitación en la que vivían cuatro mujeres, dejó la tercera fallecida. El atacante quedó internado por lesiones autoinflingidas y fue detenido por haber intentado matar a dos parejas de lesbianas, en ese hotel familiar.

Andrea Amarante falleció tras permanecer días internada con la mayor parte de su cuerpo quemado. Se trata de una de las cuatro víctimas del ataque homofóbico que ocurrió el pasado lunes por la madrugada en una pensión del barrio porteño de Barracas.

Pamela Fabiana Cobas falleció tan solo horas después del ataque y Roxana Figueroa murió el pasado jueves. Actualmente la única sobreviviente es Sofía Castro Riglos.

Las cuatro mujeres fueron atacadas por Fernando Barrientos, de 62 años, quien arrojó una bomba casera dentro de la habitación en la que convivían las dos parejas de mujeres en el hotel familiar de la calle Olavarría al 1600. La Federación Argentina LGBT+ aseguró que el hecho constituye "uno de los crímenes de odio más aberrantes de los últimos años".


La precariedad habitacional y sus problemas asociados son sólo uno de los aspectos de la violencia social contra la población LGTB. Según los datos del Observatorio Nacional de Crímenes de Odio, durante 2023, 133 personas fueron víctimas de este tipo de crímenes en el país, de las cuales 91 murieron.

El mercado laboral también es un espacio excluyente: el Primer Relevamiento Nacional de Condiciones de Vida de la Diversidad Sexual y Genérica en Argentina —realizado en 2023 por un grupo de instituciones científicas y universidades nacionales— demostró que las tasas de desocupación son considerablemente mayores entre varones trans (14,3%), feminidades y mujeres travesti-trans (12,3%), en comparación con la reportada para la población general (6,2% en el segundo trimestre de 2023, según datos del INDEC).

Por último, las condiciones de vida, tienen un impacto obvio en la salud mental, presentándose altos niveles de estrés, ansiedad, angustia y depresión en la población LGTB argentina. En el estudio realizado en 2023, el reporte de estrés alcanzó un 86,5% en gays y 96,9% en mujeres y feminidades bisexuales, que también informan mayores niveles de angustia, miedo o ansiedad (88,6%), mientras que para los gays ese porcentaje llega al 80,5%.

El problema de las declaraciones no son los datos en sí, sino la postura fanática desde la que son interpretados. Los discursos de odio construyen un clima cultural de intolerancia y agresión hacia personas o grupos en función de su identidad, que en ciertos contextos pueden provocar en la sociedad civil prácticas agresivas, segregacionistas o genocidas.

Cabe aclarar que hablar de discursos de odio nos remite a cualquier tipo de discurso pronunciado en la esfera pública que procure promover, incitar o legitimar la discriminación, la deshumanización y/o la violencia hacia una persona o un grupo de personas en función de la pertenencia de las mismas a un grupo religioso, étnico, nacional, político, racial, de género o cualquier otra identidad social6. 

Importa, atender a la intensidad en la que se manifiestan esos discursos; y sobre todo, quién y en qué contexto los enuncia. Allí está la diferencia principal. No es de argentinos o argentinas de bien.


La
ley de cupo laboral travesti-trans,  la legalización del aborto como reparación histórica y cuestión de salud pública, la ley de identidad de género y el matrimonio igualitario son legislaciones que, cristalizando luchas sociales en el Estado, son producto de procesos que involucraron a la sociedad.

La mujer fallecida ayer, Andrea Amarante, además, era sobreviviente de la tragedia de Cromañón. A las 18, habrá una marcha en Plaza Colombia, en Barracas, para protestar frente al hotel por el crimen que organizaciones por la defensa de los derechos LGBTIQ+ denuncian como de lesbo-odio.

Te puede interesar
Lo más visto