El Gobierno afrontará entre martes y miércoles vencimientos de deuda con el Fondo Monetario Internacional por unos US$3.400 millones, mientras las reservas siguen en niveles bajos, en torno de los US$24.500 millones.
Tras ese pago, las reservas brutas deberían caer a la zona de los US$21.000 millones, la más baja de la gestión de Alberto Fernández.
El 18 de octubre, con la activación del segundo tramo del swap por US$6.500 millones, Massa anunció que iba a “precancelar” la deuda la semana pasada, algo que finalmente no ocurrió. El swap con China es un acuerdo secreto sobre el cual se desconoce la tasa de interés que debe afrontar la Argentina.
Los vencimientos con el Fondo Monetario llegan en medio de las tensiones con el organismo por el incumplimiento del acuerdo y la pérdida de reservas en octubre. Massa liberará los fondos tras postergar los compromisos de octubre hasta después de las elecciones, en las que logró ingresar al balotaje como el candidato más votado, lo que redujo las expectativas de devaluación.
La liberación de yuanes del swap chino fue una de las medidas que adoptó Massa para evitar una devaluación antes de las elecciones. Lo hizo en un delicado escenario de reservas netas negativas y corrida cambiaria.
Por la negativa del Fondo a girarle recursos, la Argentina recurrió en junio, julio y agosto a otros prestamistas (CAF, China y Qatar) para cancelar vencimientos con el organismo. Antes del balotaje del 19 de noviembre próximo, la Argentina tendrá otro vencimiento con el Fondo Monetario.
El FMI prevé comenzar en noviembre otra auditoría, de la que depende la liberación de otros US$3.400 millones.