La Unión Europea se prepara para evitar otra crisis energética en el próximo invierno y avanza con su objetivo de poner fin a la dependencia europea de los combustibles fósiles rusos en esta década. Noruega sustituyó a Rusia como principal proveedor de gas por gasoducto para Europa y se incrementaron las importaciones de GNL de Estados Unidos.
Los países europeos afrontan su segundo invierno con escasez de gas ruso, después de que Moscú redujera drásticamente las entregas el año pasado tras su invasión de Ucrania, lo que provocó una crisis energética con precios récord del gas en Europa.
En un informe, señala que la UE prevé que las importaciones de gas ruso se reduzcan a 40.000-45.000 millones de metros cúbicos este año, frente a los 155.000 millones de metros cúbicos de 2021, el año anterior a la guerra de Ucrania. La UE, formada por 27 Estados, ha sancionado las importaciones rusas de carbón y petróleo por vía marítima.
"Los mercados de la energía siguen siendo vulnerables, las subvenciones a los combustibles fósiles han aumentado durante la crisis, la inflación sigue siendo alta, nuestras infraestructuras críticas deben protegerse, también de los sabotajes", añadió.
Para sustituir el gas ruso, los países de la UE han aumentado las importaciones de otros proveedores y, al mismo tiempo, han reducido drásticamente el consumo de gas.
Según datos de Gas Infrastructure Europe, los depósitos de gas de toda la UE están llenos al 99%, lo que ofrece a los países un colchón frente a posibles crisis de suministro este invierno.
La expansión sin precedentes de la energía solar también ha contribuido este año a reducir la demanda europea de centrales eléctricas de gas, sobre todo en verano, cuando el consumo de aire acondicionado alcanza su punto máximo.
Sin embargo, aunque los analistas consideran improbable que se vuelvan a alcanzar los precios récord del año pasado, los mercados globales del gas registran actualmente una demanda fuera de lo normal, lo que plantea el riesgo de que los precios sigan subiendo en respuesta al frío o a nuevas crisis de suministro.
La Comisión también advirtió que los países de la UE aún no están expandiendo la energía renovable con la rapidez suficiente para alcanzar su objetivo jurídicamente vinculante de obtener el 42,5% de toda la energía de fuentes renovables para 2030, casi el doble de la cuota actual.
Para ayudar a acelerar ese ritmo, la Comisión publicó un plan de apoyo al sector eólico europeo, que se enfrenta a una inflación elevada y a la creciente competencia de las empresas chinas.