Humza Yousaf, primer ministro de Escocia y un símbolo del sufrimiento palestino-israelí
El mundo19 de octubre de 2023El primer ministro de Escocia, Humza Yousaf, dio un discurso en una sinagoga de Giffnock, una ciudad a las afueras de Glasgow. Es el primer musulmán en liderar ese territorio, abrazó allí a la madre de Bernard Cowan, un escocés que vivía en Israel y fue asesinado en los ataques de Hamas. Como en otras visitas a la comunidad judía, Yousaf llevaba una kipá.
“Su dolor es mi dolor”, dijo el líder de Escocia. “Quiero que sepan que este primer ministro, que es orgullosamente musulmán, comparte el dolor de nuestras comunidades judías. Su corazón roto es mi corazón roto. Su pérdida es mi pérdida. Sus lágrimas son mis lágrimas. Nadie debería ser atacado nunca por su fe. Ningún niño debería ser asesinado por su ciudadanía, o por cualquier otra razón”, dijo ante la congregación de más de 150 personas. También citó el Corán y su exhortación a no matar.
Luego explicó que la madre y el resto de la familia de Bernard Cowan habían puesto mucho empeño en decirle que rezarán por sus familiares palestinos que están ahora sufriendo en Gaza, en referencia a los suegros del primer ministro. “Nos abrazamos, lloramos, y prometimos dedicarnos todavía más a la paz”, escribió en X.
El líder se convirtió en un símbolo inesperado cuando estaba empantanado en debates más locales y después de seis meses difíciles para Escocia y para su partido.
Llegó al poder a finales de marzo, tras la dimisión de Nicola Sturgeon, que ahora afronta junto una investigación policial por supuestas irregularidades en las cuentas de su partido. El contexto económico no es favorable.
Los suegros de Yousaf, una escocesa y un palestino-escocés, se encuentran en Gaza porque estaban visitando a sus familiares allí. La esposa de Yousaf, Nadia El-Nakla, nació en Escocia, pero su hermano, médico, y su abuela de 90 años siguen viviendo en la franja de Gaza igual que otros familiares. Ella ha contado varias veces la situación vulnerable de sus familiares gazatíes, y sus padres sólo emprendieron este último viaje arriesgado porque la abuela estaba enferma.
El primer ministro escocés compartió un vídeo de su suegra, Elizabeth, a la que presentó como “una enfermera jubilada de Dundee”. La mujer denuncia la situación de los civiles bombardeados en Gaza y sin lugar donde ir. “¿Dónde está la humanidad? ¿Dónde está el corazón de la gente para dejar que esto pase en nuestros días?”, dice en el video. Elizabeth le ha dicho varias veces a su hija que cree que morirán allí, y se ha despedido de sus familiares que están en riesgo constante.
Yousaf ha insistido en la necesidad de abrir corredores humanitarios y proteger a los civiles en Gaza. Fue uno de los primeros líderes políticos en apoyar a la comunidad judía tras los ataques de Hamás, pero dice que Israel está yendo “demasiado lejos”. En una entrevista en la televisión Sky News donde se le escapaban las lágrimas, reconoce que pese a su posición como primer ministro se siente “impotente e inútil” para aliviar el sufrimiento de su propia familia.
El líder escocés no tiene competencias sobre la política exterior o la ayuda humanitaria británica, y la mayoría de su discurso se centró en asuntos locales, como el debate sobre la independencia de Escocia, la congelación de impuestos de los ayuntamientos, nuevos programas contra la violencia machista y planes para aliviar esperas en los centros de salud.
Pero Yousaf también aprovechó el escenario de Aberdeen y la atención mundial a su historia personal para pedir que los rehenes sean liberados y que se establezcan corredores humanitarios. “No se puede aceptar ninguna forma de castigo colectivo”, subrayó. “La vida de un palestino vale lo mismo que la vida de un israelí”. Pidió al Gobierno de Rishi Sunak que ayude a crear un programa de acogida de refugiados de Gaza y dijo que Escocia los recibirá como un lugar seguro.
Yousaf, cuyos padres emigraron a Escocia desde Pakistán y Kenia, es con 38 años el líder de partido más joven del país e insiste en que representa una nueva generación más comprometida y diversa. Los últimos datos disponibles muestran que las minorías en Escocia son cerca del 4% de la población frente al 14% en esas otras dos regiones. Glasgow, de donde es Yousaf, tiene el porcentaje más alto de minorías de Escocia -más del 12%- pero aún queda muy lejos por ejemplo de Londres, donde cerca del 40% de la población se define como perteneciente a minorías.
El primer ministro escocés refleja en cualquier caso una generación nueva en Escocia, progresista, europeísta y conectada con el resto del mundo, según su propia experiencia.
Yousaf ha contado anécdotas del racismo diario que ha sufrido en su vida y que sigue sufriendo en redes sociales, que intenta evitar. Pero la más activa en las denuncias ha sido su esposa, Nadia El-Nakla, que es concejala del SNP en Dundee. Antes de que Yousaf llegara a primer ministro, El-Nakla presentó una queja formal por discriminación contra una guardería por no admitir a su hija mientras recibía a otros niños con apellidos que sonaban a anglosajones.
Ella lleva años explicando las penurias de su hermano y sus primos en Gaza. Este domingo, en el arranque del congreso del partido nacional escocés, contó la experiencia de sus familiares atemorizados, y criticó al Gobierno de Rishi Sunak. “El Reino Unido está ayudando al comportamiento de Israel, y haciéndonos luz de gas al mismo tiempo”, dijo. “El Reino Unido no debería estar mandando aviones de espionaje, sino víveres. Esto no es un desastre natural, podemos pararlo”.