La dolarización en marcha

El País 10 de octubre de 2023
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Los dólares paralelos ya subían antes de que Javier Milei recomendara a la gente que no renueve los plazos fijos en pesos. El dólar blue ascendió a $945, un 7,3%. En cambio, el Banco Central puede quemar algunas de sus escasas reservas en los mercados donde las divisas se adquieren legalmente triangulando con bonos: el contado con liquidación (CCL) a $ 890, un 0,2%; y el del Mercado Electrónico de Pagos (MEP) a $840.

Conforme se acerca la elección del 22 y la sensación de un favoritismo de Javier Milei no cede, los agentes económicos se anticipan a la arriesgada aplicación de una dolarización sin dólares, ante lo cual aceleran sus movimientos y pasan sus carteras a la divisa estadounidense. El primer paso de la dolarización que se gesta, ya está dado.

En el oficialismo consideran que el candidato libertario promueve salir de los plazos fijos para desestabilizar porque supuestamente las encuestas no le son tan favorables como pensaba. En cambio, en el mercado dan cada vez más por hecho que el libertario vencerá y así explican la tendencia de los inversores a pasar al dólar.

Según Clarín, ya hay indicios de demoras en ciertas cadenas de abastecimiento, nuevas remarcaciones y "algunos faltantes de productos en supermercados, almacenes y kioscos".

Dicen que el que avisa no traiciona y Milei avisó, pero lo que dijo se parece bastante una traición a la expectativa que una parte de la población, pone en su figura.

Milei ratificó en el último tiempo que la dolarización se va a hacer, aun cuando su propio equipo no se pone de acuerdo sobre la viabilidad del esquema y cuando el mundo, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI) hasta el club de los grandes bancos globales –el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF)– advierte que resultaría ruinosa para el país.

"Cuanto más alto esté (el dólar), es más fácil dolarizar", se confesó.

Finalmente, ayer desató el escándalo: en Radio Mitre recomendó retirar los plazos fijos en pesos y pasarse a los dólares paralelos.

"Jamás en pesos, jamás en pesos. El peso es la moneda que emite el político argentino (y) por ende no puede valer ni excremento porque esas basuras no sirven ni para abono", postuló más como un asesor de inversiones que como un candidato presidencial interesado en que el país no explote y la gente no sufra de más. En verdad prefiere que la explosión se produzca y que sea antes y no después del traspaso de mando.

Más de una vez durante los últimos meses hablamos de que la situación supone una licuación progresiva y desordenada del valor del salario, ahorros y el capital de trabajo, lo que haría que los pocos dólares disponibles alcancen más fácilmente para reemplazar los pesos. Mirar hacia atrás, recordar lo dicho y constatar lo poco que ha servido para evitar lo que ocurre, causa frustración.

El mecanismo de la dolarización ya está en marcha. Ante la tendencia al retiro de depósitos en pesos, el Banco Central salió a aclarar que "Argentina mantiene un sistema financiero líquido y solvente", cosa que es cierta, pero cuya enunciación hace ruido.

Si Milei se convirtiera en presidente en la noche del domingo 22 o saliera del escrutinio como amplio favorito para serlo el 19 de noviembre, ¿quién podría atajar al dólar y su impacto sobre la inflación en la segunda etapa de la transición?

Hay desequilibrios macroeconómicos que, campaña mediante, el ministro amplificó con un paquete de desgravaciones impositivas que, por justas que sean, agrandaron el déficit fiscal el alrededor de 1,3% del producto bruto interno (PBI). El que avisa si puede traicionar y el que hace sin saber también.

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