Casi 900 personas fueron detenidas en Francia entre el jueves a la noche y esta madrugada, en la tercera jornada de protestas y disturbios por el asesinato de un joven repartidor baleado por la policía, que incluyeron saqueos y daños en comercios del centro de París y quema de unos 2.000 vehículos, informó el Gobierno.
El Ministerio del Interior precisó que 875 personas fueron detenidas, casi la mitad de ellas en París (408) y sus alrededores suburbanos, 492 edificios fueron atacados, 2.000 vehículos incendiados y se detectaron 3.880 incendios en las calles en la pasada madrugada y noche.
En la noche previa habían sido incendiadas comisarías, alcaldías, escuelas y autos en varias ciudades, con un balance de 180 detenidos y de 170 miembros de las fuerzas de seguridad heridos. El regulador del transporte público en la región parisina IDFM anunció este viernes la suspensión hasta nuevo aviso del servicio público de colectivos y tranvías esta noche a partir de las 21, tal como ocurrió en la víspera.
La violencia estalló el martes en las afueras de la capital, después del crimen de Nahel, de 17 años, por un disparo a quemarropa de un agente en un control vial que quedó registrado en video. El agente, de 38 años, fue puesto en prisión preventiva acusado de homicidio voluntario.
El presidente Emmanuel Macron convocó una reunión de crisis para estas horas, la segunda en dos días, lo que lo obligó a dejar antes la cumbre de la Unión Europea (UE) que se celebra hasta hoy en Bruselas.
La primera ministra francesa, Élisabeth Borne, afirmó hoy que “todas las opciones” están sobre la mesa para restablecer el orden, al ser consultada sobre la posibilidad de declarar un estado de emergencia como reclama la oposición de derecha conservadora y extrema derecha.
“Examinaremos todas las opciones con una prioridad en mente: el regreso del orden”, dijo la primera ministra durante la visita a una comisaría de Évry-Courcouronnes, al sur de París.
En tanto, la ONU le pidió a Francia que se ocupe seriamente de los “profundos” problemas de “racismo” en sus fuerzas de seguridad, tres días después del asesinato del adolescente.
“Es el momento de que el país aborde seriamente los profundos problemas de racismo y discriminación racial entre las fuerzas de seguridad”, declaró Ravina Shamdasani, portavoz de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, durante una conferencia de prensa periódica de la ONU en Ginebra.